Aunque se rumoreaba que el pretendiente de Burger King era el fondo de inversión británico 3i, al final ha sido el fondo estadounidense 3G Capital el que se ha llevado a la compañía hasta su mesa. La noticia ha sentado tan bien a la cadena de hamburgueserías que sus títulos se disparan más de un 20%. Pero, ojo, porque la compañía ya ha agotado su potencial.
3G Capital ha anunciado hoy mismo ha anunciado la adquisición de la cadena de comida rápida a 24 dólares por cada acción. Incluyendo las deudas de Burger King, la operación asciende a los 4.000 millones de dólares. Su consecuencia bursátil ha sido que el valor suba como la espuma en el parqué: entre ayer y hoy, se apunta un rebote superior al 40 por ciento.
Este hecho tiene una doble interpretación: en un principio, sirve para ayudar a la cadena de comida rápida a distanciarse de mínimos anuales, que marcó el 16 del pasado agosto al cerrar a 16,31 dólares (y que a su vez está cerca del mínimo anual que marcó en 2009, 16,04 dólares a finales de julio). Pero en la práctica, la rápida respuesta de los mercados ha hecho que la cotización llegue a marcar máximos anuales al cotizar a 23,50 dólares, por lo que el inversor que se hubiera planteado aprovechar la ocasión para entrar en Burger King se habrá encontrado con el precio más caro de la compañía.
Además, esta cifra supera ampliamente los 19 dólares que establece el consenso de mercado como precio objetivo para la compañía. En resumidas cuentas: con esta operación, la compañía se ha comido todo su potencial alcista, y en estos momentos ya está sobrevalorada.
Para corregir esta situación y devolver cierto margen alcista a Burger King existen dos soluciones. La primera, que el valor vuelva a caer en el parqué. La segunda, y ahí está la clave, que la media de analistas que recoge FactSet eleve la valoración de la estadounidense. Cosa que no ha hecho últimamente, ya que el precio del valor teórico ha caído 3 dólares (13,63 por ciento) sólo en el último mes.
Burger King, que cotiza en bolsa desde 2006, sube un 24,5 por ciento en el año. La compañía, que posee 12.000 restaurantes repartidos por 75 países del mundo, está sintiendo los efectos de la crisis económica y financiera con mayor profundidad que su principal competidor, McDonalds.
Las previsiones que hace la media de analistas recogida por FactSet apuntan a que los ingresos de la compañía experimentarán una merma durante el presente ejercicio y el de 2011. Si en 2009 el beneficio neto de la americana ascendía a 2009 millones de dólares, en 2010 se reducirá a 187, y a 184 el año que viene.
Hay más datos mediocres: los analistas prevén que la compañía sólo incremente en 3 millones su beneficio bruto de explotación. No obstante, los cálculos de los analistas no son negativos del todo, porque según sus estimaciones también se contraería su deuda neta: un 16 por ciento en 2010 que se elevaría hasta rozar el 27 por ciento en 2011.