LONDRES (Reuters) - El desordenado acuerdo para rescatar a Chipre ha evitado la última amenaza de ruptura de la zona euro, pero con el coste de plantear nuevos interrogantes sobre la viabilidad a largo plazo de la moneda.
Los ahorradores en otros bancos de la zona euro hasta ahora parecen estar pasando por alto la congelación de los saldos superiores a 100.000 euros en los dos mayores bancos chipriotas.
Quizá juzguen que los acontecimientos en una pequeña isla lejana, con bancos desproporcionadamente grandes, y muy dependiente de los depósitos de los oligarcas rusos, sean poco relevantes para ellos.
Las rentabilidades de los bonos italianos y españoles se mantenían en general sin cambios el lunes, reflejando la creencia de que la promesa del Banco Central Europeo, de comprar los bonos de los miembros de la zona euro con problemas en caso de ser necesario, evitará un contagio desde Chipre.
"Esto ciertamente juega a favor de los países acreedores del norte de Europa, que han adoptado la visión larga de que son muy exagerados los temores de contagio, particularmente después del OMT (siglas en inglés del programa de compras eventuales de bonos del BCE)", dijo Nicholas Spiro, de Spiro Sovereign Strategy en Londres.
"De momento no hay contagio: los mercados, de forma correcta o no, siguen creyendo en este esquema de compras de bonos", agregó.
Si bien es difícil que se produzcan salidas grandes de fondos de los bancos italianos o españoles, Spiro dijo que la troika formada por el Fondo Monetario Internacional, la Comisión Europea y el BCE había fijado un antecedente peligroso al acordar inicialmente un impuesto a los depósitos chipriotas inferiores al umbral de 100.000 euros, que es la garantía de la Unión Europea.
Los banqueros centrales europeos en privado y los bancos alemanes en público han expresado su confianza de que las repercusiones del rescate chipriota vayan a ser contenidas.
"El sector bancario en el país era demasiado grande y no tenía un modelo de negocios sostenible. Chipre por lo tanto debería ser considerado como un caso extraordinario y por lo tanto no es comparable con otros países europeos", dijo Andreas Schmitz, presidente de la asociación BdB de prestamistas alemanes.
Pero Lena Komileva, quien dirige la consultora G+ Economics en Londres, dijo que los términos del acuerdo del lunes en Bruselas enviaron una señal desafortunada: un euro en un banco chipriota no equivale a un euro en otras partes de la zona euro.
"Este acuerdo es sistémicamente importante para el futuro de la unión bancaria de la zona euro, o más bien, la falta de ella, lo que tiene implicaciones para España en 2014", dijo Komileva.
ADVERTENCIA PARA LOS COMPRADORES DE BONOS
El rescate también evidencia que cada vez se toma una línea más dura contra los tenedores de bonos de bancos de la zona euro en problemas.
Semanas después de que el Gobierno irlandés acordara pagar la deuda garantizada de Anglo Irish Bank cuando fue liquidado, tenedores de bonos del Banco Popular de Chipre, conocido también como Laiki, sufrirán pérdidas, mientras que los de Banco de Chipre deberán hacer una contribución, dijeron responsables oficiales.
Cuánto reaccionarán los depositantes y los inversores en bonos en otros bancos vulnerables de la zona euro después de Chipre en caso de cualquier perturbación nueva, es la próxima incógnita de un drama de la deuda que ya lleva cuatro años.
La crisis en Grecia alimentó temores de contagio en Italia y España, desatando una fuga de depósitos a bancos seguros en Alemania y otros Estados del norte.
El resultado ha sido una fragmentación del mercado de dinero y bancos a lo largo de la zona euro, que el rescate chipriota solo puede prolongar y posiblemente intensificar.
Por ejemplo, pese al efecto aliviador de la promesa de comprar bonos del BCE, el tipo de interés de enero para los préstamos comerciales nuevos a un año inferiores a 1 millón de euros era del 2,8 por ciento en Alemania, pero del 6,7 por ciento en Portugal.
La prioridad declarada del BCE es reparar el mecanismo de transmisión de la política monetaria para que su crédito flexible se difunda a todos los 17 miembros del euro, no solo unos pocos.
La política ha estado funcionando en la medida que los desequilibrios de fondos entre el norte y el sur de la zona monetaria han bajado gradualmente desde que el presidente del BCE, Mario Draghi, prometiera en verano hacer todo lo necesario para salvar al euro, una promesa que dio nacimiento al programa OMT.
Pero ahora el peligro es que este proceso se estanque debido a Chipre, manteniendo los tipos de interés bancarios altos y por lo tanto profundizando la recesión en el sur europeo.
En declaraciones en Lisboa la semana pasada antes del arreglo con Chipre, los economistas y financieros portugueses expresaron su sorpresa de que los ejecutivos de la zona euro estuvieran jugando con la confianza de los depositantes incluso aunque las circunstancias de la isla mediterránea sean especiales.
"La Unión Europea debe ser consciente de los riesgos que enfrentan los países periféricos. Los responsables de decisiones como esta de Chipre deben pensar profundamente las consecuencias probables", dijo Paula Carvalho, economista jefa del banco BPI.
/Por Alan Wheatley/
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