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Obama recibe al chino Xi con amabilidad y firmeza

WASHINGTON (Reuters) - El presidente estadounidense, Barack Obama, habló el martes con el próximo líder de China, Xi Jinping, sobre el enorme superávit comercial de su país con Estados Unidos y prometió mantener la presión sobre Pekín para mejorar su historial en materia de derechos humanos.

En una reunión en la Casa Blanca, Obama intentó tranquilizar a Xi diciendo que Washington da la bienvenida al "ascenso pacífico" de China, pero dejó claro que aún persisten tensiones en una creciente rivalidad económica y militar entre los dos países.

La visita podría impulsar la reputación internacional de Xi y demostrar que es capaz de dirigir la decisiva relación de su país con Washington en la próxima década.

Obama, por su parte, deberá recordar la importancia de un buen inicio con el heredero chino, pero también la necesidad política de ser firme con Pekín a pocos meses de aspirar a la reelección.

Los aspirantes republicanos le han acusado de dejarse intimidar por China en cuestiones comerciales y de divisas.

"Hemos intentado subrayar eso por el extraordinario desarrollo de China en las últimas dos décadas, que con la expansión del poder y la prosperidad también aparecen mayores responsabilidades", dijo Obama sentado al lado de Xi en el Salón Oval.

"Queremos trabajar con China para asegurarnos de que todos están trabajando con las mismas reglas en lo que se refiere al sistema económico mundial, y eso incluye asegurar un comercio equilibrado no sólo entre Estados Unidos y China, sino en todo el mundo", agregó.

Xi, que se espera se convierta en líder del Partido Comunista este mismo año y que asuma la presidencia del país en marzo de 2013, dijo que desea construir una "sociedad cooperativa basada en el respeto y los intereses mutuos".

Pero no respondió a las veladas críticas de Obama acerca de las políticas de Pekín.

"Espero relacionarme con una amplia muestra de la sociedad estadounidense durante mi actual visita", indicó Xi.

Los dos líderes sonrieron y se dieron la mano durante una aparición ante la prensa.

La visita de Xi se produce en medio de tensiones entre Pekín y Washington -las dos mayores economías del mundo- por cuestiones relacionadas a los derechos humanos, el comercio y la defensa militar.

"En temas críticos como los derechos humanos, vamos a seguir enfatizando lo que creemos que es la importancia de reconocer las aspiraciones y derechos de todos los pueblos", dijo Obama.

Los líderes chinos suelen rechazar las críticas de Estados Unidos en este campo como una interferencia en sus asuntos internos.

Fuera de la Casa Blanca, unos 200 manifestantes anti-Pekín marcharon y cantaron consignas contra la represión del Gobierno chino en el Tíbet, un tema que según funcionarios estadounidenses figurará en las conversaciones con Xi.

Las autoridades chinas han coreografiado cuidadosamente la visita como un rito de iniciación para la transición al poder.

/Por Matt Spetalnick y Chris Buckley/

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