FRÁNCFORT/HELSINKI (Reuters) - El presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, traspasó el viernes a los gobiernos la presión de resolver la crisis, diciendo que el banco ya ha hecho todo lo posible, aunque los analistas dijeron que la puerta para una rebaja de tipos sigue abierta.
Mientras el Banco de Inglaterra y la Reserva Federal estadounidense toman nuevas medidas de emergencia para impulsar sus economías, Trichet ha indicado que el BCE quiere volver a su papel tradicional de combatir la inflación.
Hay dudas de si esa estrategia se mantendrá cuando Trichet deje su cargo a fin de mes y sea reemplazado por el italiano Mario Draghi, en medio de presiones para que el BCE adopte un papel más activo en la lucha contra la crisis de deuda que vive la zona euro.
"El BCE ha hecho todo lo que ha podido para estar a la altura de sus responsabilidades en circunstancias excepcionales", dijo Trichet al Financial Times.
"Las últimas trincheras son, por supuesto, los gobiernos. Hacer algo que lleve a los gobiernos a salir de sus responsabilidades sería una receta para el fracaso", agregó.
Trichet realizó estos comentarios en la víspera de un encuentro de ministros de Finanzas del G-20 en París, poniendo presión para que las principales economías de la zona euro actúen para poner fin a una crisis que amenaza con sumir a la economía del área en una nueva recesión.
El consejero del BCE Erkki Liikanen se hizo eco de la opinión de Trichet, al destacar que el banco no intervendrá de forma indefinida con su plan de compra de bonos, herramienta que ha usado para ayudar a bajar los costes de endeudamiento de países como España o Italia.
"El BCE ha establecido que el plan es de naturaleza temporal", dijo Liikanen en referencia al esquema de compra de bonos.
Las palabras son las mismas que el BCE ha utilizado durante el último año, pero ahora se pronuncian cuando el banco está inmerso en una campaña para apuntalar los mercados de bonos de Italia y España, dos economías en la mira de los inversores.
Si Grecia cae en suspensión de pagos, el BCE ya no podría aceptar que los bancos griegos respalden sus préstamos con bonos del país como garantía, dijo Trichet según el Financial Times. Esto implica que los gobiernos de la zona euro tendrían que respaldar al sistema financiero griego en caso de una moratoria de deuda.
El último encuentro de Trichet como presidente del BCE este mes dejó el tipo de interés estable en un 1,5 por ciento, desafiando a algunos economistas que esperaban una rebaja para impulsar a la economía.
Pero esta semana, los consejeros han puesto el énfasis en los riesgos sobre el crecimiento, lo que reforzó las expectativas de que pueda haber una rebaja este año.
Liikanen dijo el viernes que el crecimiento de la zona euro se está desacelerando. "La incertidumbre relacionada con las perspectivas de crecimiento es alta y un debilitamiento sustancial de la actividad económica no puede descartarse", dijo en un comunicado.
/Por Paul Carrel y Terhi Kinnunen/
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