BAGDAD (Reuters) - Al menos 57 reclutas y militares murieron y 123 sufrieron heridos el martes tras un atentado suicida frente a un centro de reclutamiento en Bagdad, dos semanas antes del fin de la misión de combate estadounidense en Irak.
El atentado con bomba fue uno de los más sangrientos registrados este año y se produjo mientras supuestos insurgentes lanzan una campaña violenta contra jueces de la capital iraquí y una volátil provincia al norte de Bagdad.
El incidente se suma a las tensiones que se han venido intensificando después de que las elecciones del 7 de marzo no arrojaran un claro vencedor, lo que ha impedido la formación de un nuevo gobierno.
Los insurgentes están llevando a cabo acciones contra policías y soldados iraquíes, que se preparan para asumir el control total de la seguridad el 1 de septiembre, cuando Estados Unidos ponga fin a su misión de siete años y medio.
El número de soldados de EEUU se reducirá a 50.000, antes de la retirada total prevista para el próximo año.
"Estábamos haciendo una fila larga. También había oficiales y soldados. De repente se produjo una explosión. Gracias a Dios sólo me lastimé la mano", dijo el recluta Saleh Aziz a Reuters Televisión mientras los médicos le trataban las heridas en el hospital Al Karkh.
Un total de 57 personas murieron y 123 resultaron heridas en el ataque ocurrido en una base militar cerca de la plaza Maidan, en el centro de la capital, informó la oficina de prensa del Ministerio de Sanidad.
Una fuente del Ministerio de Defensa dijo que la cifra de muertos podría ascender a 61 personas.
En el lugar estaba la sede del Ministerio de Defensa durante el Gobierno de Sadam Husein. Tras la invasión de 2003 encabezada por Estados Unidos, fue convertida en un centro de reclutamiento y una base militar.
Una fuente militar que declinó dar su nombre dijo que pudo haber habido dos suicidas, una característica del grupo suní Al Qaeda y sus aliados locales.
"(Los reclutas) estaban reunidos en gran número. Dejan entrar a 250 reclutas por vez", dijo la fuente.
En Bagdad y la provincia de Diyala, en tanto, un grupo de insurgentes atacó a ocho jueces con bombas y armas con silenciador, acabando con la vida de dos de ellos, según una fuente del Ministerio de Justicia.
"Estos ataques están bien orquestados", indicó. "Están apuntando contra todo el sistema judicial del país", agregó.
TENSION POLITICA
Aunque la violencia general en Irak ha caído desde el punto más álgido del conflicto sectario en 2006-2007 entre suníes y chiíes, la insurgencia mantiene la capacidad de llevar a cabo atentados a gran escala.
Responsables iraquíes y estadounidenses dicen que los insurgentes están tratando de explotar las tensiones políticas, agudizadas por las infructuosas negociaciones entre las facciones políticas mayoritarias chiíes y una alianza multisectaria respaldada por suníes que obtuvo una reñida victoria en las elecciones de marzo.
Las expectativas de una posible solución a la disputa cayeron el lunes, cuando la alianza suní Iraqiya, encabezada por el ex primer ministro Iyad Alaui, abandonó las negociaciones con el primer ministro Nuri al Maliki.
Los integristas también están poniendo a prueba a las fuerzas de seguridad iraquíes antes de que concluyan de manera formal las operaciones de combate de los soldados estadounidenses este mes.