
Lleida, 26 oct (EFE).- Los consumidores que prefieren los sabores ácidos comen más fruta que aquellos que optan por los gustos dulces, según un estudio elaborado por el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) de Cataluña y el Instituto para la Economía Agrícola de la Universidad de Wageningen, en Holanda.
Esta investigación se enmarca en el proyecto europeo Isafruit, que se ha desarrollado entre los años 2006 y 2010 en quince países con el objetivo de incrementar el consumo de fruta entre la ciudadanía.
Para ello se han llevado a cabo diversos estudios sobre los consumidores, la fruta y la salud humana, así como la introducción en el mercado de nuevas variedades frutales, según ha informado hoy la conselleria de Agricultura, de la que depende el IRTA.
En concreto, los resultados de la investigación que ha llevado a cabo el centro catalán y el instituto holandés han demostrado que los consumidores que se decantan por los sabores ácidos comen más fruta que aquellos que prefieren los dulces.
La encuesta, realizada en Polonia, Grecia, Países Bajos y España, también ha permitido obtener información sobre las características sociales y demográficas de los entrevistados y sus preferencias con respecto a una alimentación orientada a la salud, a la comodidad, al precio o a la rutina.
Así, los consumidores con preferencia por los sabores ácidos otorgan poca importancia a la comodidad y tienen unos comportamientos de consumo de fruta más habituales que aquellos que optan por los sabores dulces.
Según los investigadores, las personas que prefieren los sabores más complejos, como el ácido, son consumidores habituales de fruta desde la niñez.
Por tanto, fomentar el consumo de fruta durante esta etapa del desarrollo humano favorecería la aceptación de alimentos con texturas y propiedades sensoriales nuevas.
La investigación, que se publicará próximamente en la revista científica British Food Journal, destaca también que hay una cierta distribución geográfica en cuanto a la preferencia por el sabor dulce, ácido o salado, de manera que los consumidores del sur de Europa prefieren los alimentos salados, mientras que los de Europa oriental se decantan por los ácidos.