
Ya no es noticia que la avalancha de nuevos episodios de incertidumbre y de volatilidad está guiando de forma masiva a los inversores hacia la búsqueda de seguridad en el activo refugio por excelencia, el oro. Ayer subía un 1,27% hasta los 1.833,6 dólares la onza, después de batir la semana pasada un nuevo máximo histórico en los 1.920,7 dólares la onza.
De hecho, sigue habiendo tantos inversores que buscan refugio que los ETF que invierten en el metal precioso están registrando su mayor flujo de entrada de dinero en tres años, según ETF Securities. Un informe de Morgan Stanley afirma que el oro podría superar el récord que batió en 1980, pues según sus cálculos, existe un 85% de probabilidades de que el metal cotice entre los 1.819 y los 2.085 dólares la onza el próximo año.
Pero podría estar gestándose un nuevo movimiento entre los inversores, en dirección contraria al anterior. Los ETF con respaldo en petróleo han registrado la mayor entrada de capital en dos años.
¿Recesión o débil crecimiento?
La entrada de dinero en el oro negro puede tener otra lectura, que los inversores no descuenten la temida recesión en forma de W como sí hace por ejemplo la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que ayer recortó las previsiones de demanda del crudo en 2011 y 2012 hasta los 400.000 y los 200.000 barriles al día, respectivamente.
Puede que la entrada de dinero en fondos que replican el comportamiento de este activo sea el indicador adelantado de un escenario de crecimientos más débiles, no de una recesión. En esta línea se encontrarían los últimos datos macro publicados en Estadso Unidos: el ISM de servicios y el manufacturero publicaron cifras mejores de lo esperado, manteniéndose por encima de la cota del 50% (por debajo del 50% sería un signo de recesión).
Esta brutal corrección se reflejó de forma directa en la evolución del PIB de las principales potencias occidentales y en el de algunos emergentes. En 2008, el PIB de Alemania, Francia, España y EEUU era inferior al 1%, según el FMI (ver gráfico). Al año siguiente, todas entraron en el terreno negativo. El caso de Brasil fue más espectacular, pues pasó del 5,16% de 2008 al -0,64% de 2009.
La fotografía actual, tomando como referencia la recuperación que comenzó en 2009, es un tanto diferente. El Brent cotiza sólo un 11,7% por debajo de su máximo en este tiempo, los 126,65 dólares que marcó el pasado 8 de abril al rebufo de la crisis nuclear de Fukushima. En el caso del WTX la brecha es más ancha, pues se encuentra a un 21,5% de los 113,93 dólares a los que cotizó el pasado 29 de abril. Si se toma como referencia el 21 de julio como fecha en la que empezó la corrección, sus mínimos habrían sido en 102,57 y 79,3 dólares el barril, respectivamente. Las previsiones de PIB que maneja el FMI para 2011 y 2012, ajustadas, siguen mostrando crecimientos superiores al 1% para las grandes potencias occidentales (ver gráfico).