
Estos programas han dejado de ser exclusivos para directivos de grandes corporaciones. Ahora, se dirigen también a universitarios, para reducir el alto índice de proyectos fallidos de empresas con base tecnológica
Sólo el 29 por ciento de las pymes sobrevive al quinto año de vida en España, un porcentaje que está por debajo del 38 por ciento de Italia o del 39 por ciento de Portugal. Además, el 80 por ciento de las nuevas empresas muere en su primer año de vida. Datos que, según las escuelas de negocios, podrían cambiar a mayor formación en cuestiones financieras y comerciales, mayor reducción del fracaso empresarial.
Enrique de la Rica, decano de la Eseune Business School, indica que "he conocido emprendedores con excelentes ideas, pero sin habilidades comerciales. Para una startup, vender es fundamental; comenzando por la venta de los propios promotores, su equipo, su plan de negocio. En los pitch de Silicon Valley la venta es esencial. Y las cuestiones financieras, si bien no son vitales en una etapa inicial, ayudan a desarrollar un negocio sólido".
Por su parte, Jan Brinckmann, profesor del departamento de Dirección General y Estrategia de Esade Business & Law School, asegura que "las escuelas de negocio pueden enseñar al emprendedor a elegir las oportunidades que mejor se adaptan a su negocio. Ayudan a evitar errores como la urgencia en el cobro, la obsesión por los márgenes, el reparto precipitado de dividendos?" .
No sólo para directivos
No obstante, los MBA han dejado de ser exclusivos de directivos de grandes empresas. Ahora, los másteres están destinados a preparar y formar, de una manera práctica, a los alumnos en temas empresariales, económicos y directivos. Las materias cambian y surgen programas específicos.
Existen varios tipos, el Full Time (generalista y a tiempo completo), los Part Time (a tiempo parcial), el Executive (para profesionales con un perfil más ejecutivo), los Global (para directivos con gran trayectoria internacional) y los Especializados (áreas concretas como finanzas, marketing, Internet, etc.).
El MBA ayuda al empresario a crear una red de contactos, a aprender habilidades avanzadas y conocer a colegas futuros con los que poder hacer negocios. Sin embargo, también hay detractores que opinan que estos programas son muy caros y que "obligan", en muchas ocasiones, a dejar el puesto laboral durante un determinado tiempo, lo que significa a renunciar a ingresos y promociones internas. Un MBA enseña externalidades de red, la marca, la segmentación del mercado, precios diferenciales, los costes de cambio, la ventaja comparativa, los riesgos regulatorios y otros conceptos económicos. Sus detractores indican que estos programas tienen muy poco que ver con la práctica real de la puesta en marcha o la gestión de negocios. El 21 por ciento de los empresarios que aparece en Fortune 500 tiene títulos de ingeniería, sólo el 15 por ciento proviene de una especialización de administración de empresas.
Aún así, no se puede decir que los empresarios y las empresas que surgen de los programas de MBA son mejores que las que no lo hacen. De hecho, ¿Bill Gates tiene un MBA , cuando fundó Microsoft? ¿Acaso Steve Jobs tiene un MBA , cuando fundó Apple? ¿Hizo Mark Zuckerberg un MBA , cuando fundó Facebook? La respuesta es no.
De la Rica asegura que "las mejores escuelas del mundo hoy son espacios globales, con sedes en diferentes países, alumnos y profesores de diferentes culturas, métodos dinámicos y prácticos".
Pascal Bourbon, coordinador de la opción Entrepreneurship de TBS Barcelona, afirma que "el contenido de los programas debe evolucionar continuamente y de manera creativa para tener en cuenta las necesidades y deseos de los alumnos, pero también las cualificaciones y perfiles de estudiantes que pide el mercado". Además, "la ventaja de proyectos liderados por MBA es que son gente muy preparada, con alta autoestima y muy bien conectada; por eso muchos inversores buscan este tipo de perfiles en el momento de invertir en un nuevo proyecto",continúa.
Francisco Enseñat, director de Eserp Business School, cree que "hemos pasado de unos modelos formativos basados en el conocimiento de hechos económicos y empresariales, analizar su entorno y desarrollo como metodología repetitiva para la toma de decisiones, a un modelo participativo dinámico, donde es prioritario desarrollar ciertas habilidades, entre las que sigue estando el análisis de la información, pero donde la gestión de equipos, gestión del tiempo, del talento y la innovación o cómo gestionar la información son elementos fundamentales".
Conseguir inversión para los alumnos que quieran emprender puede ser una tarea difícil, pero las escuelas están trabajando duro para maximizar las oportunidades para los estudiantes. "Las redes de inversión y business angels también se han acercado mucho a las escuelas y han lanzado en colaboración con ellas numerosos hubs donde emprender, como los de Berlín, Londres o Israel", indica Brinckmann.
Estigmatización del fracaso
En España, el fracaso empresarial es casi un estigma social. No se valora la experiencia y aprendizaje que representa un fracaso. Sin emabargo, en Estados Unidos, un proyecto exitoso llega muchas veces después de dos fracasos por parte del emprendedor. De la Rica afirma que "nuestra cultura estigmatiza al fracaso, mientras que en EEUU el fracaso genera un cierto tipo de admiración. En EEUU, la gente habla sin cautela de ellos. El éxito es el resultado de avanzar con constancia entre fracaso y fracaso".
Manuel Marín, director del Centro de Emprendedores de Eada Business School, cree que "en Europa se convence a un inversor con una promesa de beneficio, mientras en América los inversores buscan expectativa de beneficio".