
Con 10 remontes, 17 pistas y 478.825 metros cuadrados, la gestión privada llevada a cabo desde 2006 ha convertido esta estación en una de primer nivel. ¿El problema? El tiempo no acompaña...
El pasado domingo 2 de abril se dio por finalizada la temporada en la estación de Navacerrada. Han permanecido abiertos desde el 19 de enero, 70 días. Por desgracia, los inviernos ya no son lo que eran y disfrutar de unas blancas navidades es cada vez más difícil. No obstante, son muchos los aficionados que ha podido disfrutar de sus 16 pistas en esta breve temporada. El forfait de día cuesta en torno a los 30 euros.
Conozcamos un poco la historia de este enclave que se encuentra en los términos municipales de Cercedilla y Navacerrada, en la Comunidad de Madrid, y La Granja de San Ildefonso en la Comunidad de Castilla y León. Podríamos situar la fecha de inicio de la práctica de deportes de invierno en el Puerto de Navacerrada el año 1903, gracias a Manuel González de Amezúa, quien en 1907 fundó el Club Alpino Español, primer club de esquí. Después de unos inicios muy duros podemos fijar como fecha importante el 9 de octubre de 1954, cuando se crea Transportes Aéreos del Guadarrama (TAGSA) que instala el primer telesilla en 1955: el Telesilla de Guarramillas. Desde los años 50 la afluencia de público era masiva, llegando a su máximo apogeo en la décadas de los 60 y 70. En algunos fines de semana y festivos se llegaron a contabilizar hasta 130 autobuses y 7.800 vehículos ligeros, con una afluencia estimada, en base a la ocupación de los vehículos, de más de 40.000 personas. La inexistencia de otras estaciones en la misma cordillera como Valcotos (inaugurada en 1969) y Valdesquí (inaugurada en 1972) junto con las precarias comunicaciones que históricamente tuvo Madrid hacia el resto de España, lo que hacía inviable escapadas de fin de semana a Sierra Nevada o Pirineos como hoy en día, hacía que todo el mundo se concentrara en el mismo lugar. A principios de los 70, la estación contaba con 10 remontes y 13 pistas de esquí, además de un circuito de esquí de fondo y un trampolín de saltos, en total, más de 12 kilómetros de pistas. Después de esta época dorada, la afluencia masiva de esquiadores provocó que las instalaciones se quedaran obsoletas. Esto se vió agravado por la multiplicidad de administraciones implicadas en el desarrollo de la estación.
Propiedad de la Comunidad de Madrid
Es por ello que Tagsa, que se encuentra prácticamente en situación de quiebra, fue adquirida por la Diputación Provincial de Madrid en 1981, pasando posteriormente al sector público de la Comunidad de Madrid en 1983, tras la creación de ésta. Tras un periodo de indecisión respecto al futuro de la estación, en 1992 se inician las primeras acciones de gestión de Deporte y Montaña de la Comunidad de Madrid, nueva denominación de la sociedad, se acuña el concepto de Estación de Montaña para el Puerto de Navacerrada y se apuesta por una nueva filo sofía. Lo primero que hacen es romper el modelo de monoestacionalidad para pasar al de pluriestacionalidad, entendido como el aprovechamiento de las posibilidades de la estación en todas las estaciones del año y no sólo durante la temporada invernal. El segundo concepto es el de "conservación activa de la naturaleza", no sólo a nivel estético sino con un verdadero sentido de responsabilidad. El último punto, y consecuencia de los anteriores, es el de renovación de la estación, en el doble aspecto de infraestructuras y de actividades deportivas. Prueba de las mejoras fue que durante la temporada 2003/04 la estación estuvo abierta 112 días y fue utilizada por 32.000 esquiadores, además de contar con 20.900 visitantes por la explotación en uso turístico de dos remontes mecánicos. En la temporada 2005/06, sin embargo, la Estación de Esquí de Puerto de Navacerrada funciona bajo mínimos y la Comunidad de Madrid decide finalmente su privatización.
Ya en manos privadas, la compañía gestora realizó una gran inversión que se tradujo en hacer de la estación de esquí del Puerto de Navacerrada una estación del siglo XXI. Así, además de sus 10 remontes y 17 pistas, cuenta con un moderno sistema de producción de nieve, una instalación de paravientos y un tapiz o cinta transportadora para aprendizaje. Se puede afirmar que Madrid cuenta con una estación de esquí de primer nivel pero, como decíamos al principio, el tiempo no acompaña.