
Su deuda está cifrada en 220 millones. Su alcalde, José Luis Adell, ha interpuesto tres querellas: por unas cuevas ilegales, un polideportivo pagado e inacabado e irregularidades en la contratación.
Navalcarnero podría ser conocido por sus vinos, "fruto del esfuerzo de nuestros bodegueros y del cariño y empeño que emplean en su elaboración". O por sus cuevas. O, simplemente, por ser un agradable pueblo cercano a la Capital para quienes, pese a trabajar en Madrid, no quieren vivir en la ciudad. Pero, por desgracia, si últimamente hemos oído noticias de este municipio ha sido porque cuenta con el dudoso honor de ser el pueblo más endeudado de España. "En estos momentos la deuda está cifrada por la Intervención en 220 millones de euros. Pero casi podría asegurarle que la cifra no es definitiva. Siguen apareciendo facturas no contabilizadas o no registradas, las llamadas facturas en los cajones. Además, a esta cantidad habría que sumarle los intereses que generará durante los muchos años que este Ayuntamiento tendrá que emplear para pagarla. Y un problema añadido, el Gobierno anterior vendió aprovechamientos urbanísticos a futuro desde el año 2003 que no se pueden entregar porque no existen o porque su desarrollo es de imposible cumplimiento. Ahora, los propietarios empiezan a reclamar sus aprovechamientos", explica José Luis Adell, actual alcalde del PSOE, que gobierna en coalición con Cambiemos y con un concejal no adscrito.
Aquí, lo de la herencia recibida no es sólo una frase. Y es que el grupo socialista ya veía venir la debacle. Desde la oposición llevaban años denunciando la insostenibilidad del municipio. La Corporación anterior no aprobaba presupuestos desde 2007 y había prorrogado estos de manera irregular, con un remanente negativo de tesorería que aumentaba año tras año hasta 2015. "Se trataba de unos presupuestos basados en unos ingresos ficticios, en los que se hacía una previsión de ingresos de 35 millones de euros cuando realmente el año en el que más ingresó no llegó a 20 millones de euros". El nuevo equipo liderado por Adell se ha puesto manos a la obra, "para empezar, hemos vuelto a unos presupuestos con unos ingresos reales, con el compromiso de no gastar nunca más de lo que ingresamos. Y lo hemos conseguido. De hecho, 2016, primer ejercicio completo de nuestra gestión, lo vamos a cerrar con superávit. Por otro lado, nos hemos acogido a los planes de refinanciación ofrecidos desde el Ministerio de Hacienda y la Secretaría General de Administraciones Públicas". Pero, aunque poco a poco levantan cabeza, pesan más las innumerables irregularidades que van "desde 35 millones de euros, en sólo dos años, en pagos no sujetos a contratos o por medio fraccionamiento, a saltarse todos los procedimientos legales de contratación y concurrencia pública. En los concursos públicos -cuando los había- se primaban fundamentalmente los juicios de valor. Cuando primaba la oferta económica, esta no se cumplía y se multiplicaba exponencialmente a través de millonarios modificados. Según la Cámara de Cuentas, de los contratos analizados, sólo uno no fue objeto de estos modificados. Pero hay más. Otras veces primaba el periodo de ejecución de la obra. Y en estos casos, nunca se cumplía el plazo establecido ni se aplicaban las sanciones dispuestas al efecto en caso de retrasos. Muchos concursos públicos eran un simple disfraz, y que realmente se adjudicaba a quien quería el Gobierno".
¿Cómo se ha podido llegar a esta situación? Lo que ha pasado en Navalcarnero sólo ha sido posible por un fallo de todos los organismos de control. "Nosotros hicimos nuestro trabajo desde la oposición. Denunciamos todos los hechos que ahora salen a la luz ante los tribunales, ante el Tribunal de Cuentas, ante el Ministerio de Hacienda y ante la Secretaría General de Administraciones Públicas". Es por ello que, en los juzgados, han interpuesto tres querellas. Una por las cuevas ilegales, sin presupuesto ni informes técnicos, que se habían realizado bajo el casco histórico del pueblo. Otra por un polideportivo pagado en su práctica totalidad por el Ayuntamiento pero del que sólo está el esqueleto. Y una tercera, por las ilegalidades e irregularidades en la contratación.
En el empeño de salvar Navalcarnero, están unidos todos los grupos políticos: "Hoy por hoy ya todos los grupos que forman parte del Pleno entienden la gravedad de lo que ha pasado aquí y rechazan los hechos que han llevado a la ruina de nuestro pueblo. Hemos coincidido prácticamente en todas las grandes decisiones que hemos tomado para poder sacar adelante un municipio en estas lamentables condiciones". Se refiere a sus compañeros de PP, C?s, Cambiemos Navalcarnero, Unión Reformista Ciudadana y Partido Democrático Popular. Los distintos grupos políticos reman a la vez no sólo para solucionar el grave problema de la deuda -"pese a haber estabilizado los presupuestos, la deuda sigue estando ahí"-, sino en otros aspectos. "En Urbanismo intentamos solucionar los graves errores que hemos heredado. Por ejemplo, estamos desbloqueando los problemas que impedían que se hiciera la salida de los nuevos desarrollos a la Nacional V y estudiamos la posibilidad de acometer ese enlace lo antes posible. También trabajamos socialmente para ayudar a todas aquellas personas que tienen dificultades en nuestro municipio y aumentar la seguridad en todo el pueblo".
Si Adell tuviera carta blanca con la presidenta regional, tiene claro que le pediría "un esfuerzo especial con nuestro municipio. Un plan especial que se aplique tanto a Navalcarnero como con otros municipios que han sufrido las consecuencias de una gestión que les ha dejado endeudados e hipotecados durante décadas. Es evidente que los fallos de los mecanismos de control deberían obligar a tratamientos especiales para estas poblaciones".