Madrid

Madrid es la capital donde más multas se imponen

Y los conductores cada vez más críticos: el 87% de los madrileños atribuye caracter recaudatorio a las multas y el 52% piensa que los radares buscan obtener cuanto más dinero, mejor

No es la primera vez que se trata este tema en elEconomista Madrid, pero, de vez en cuando, tenemos noticias de informes, estudios u observatorios que arrojan todos, con unos u otros datos, la misma realidad: en Madrid se multa. Y mucho. El pasado mes de abril, la Fundación Línea Directa presentaba un ranking con los consistorios que más multan.

El resultado ha arrojado aspectos sorprendentes, ya que aunque las dos capitales donde más se multa son Madrid y Barcelona, respectivamente, ciudades como Palma de Mallorca o Granada aparecen a continuación. En el lado contrario se sitúan Cáceres, Badajoz y Jaén, donde las multas de tráfico son la excepción. También se percibe una importante diferencia entre las capitales de provincia y el resto de municipios, ya que, en proporción, las primeras sancionan hasta seis veces más que los segundos. ¿Las razones? Las aglomeraciones, el número de desplazamientos y la forma de conducción, muy condicionada al ritmo de vida. Además, también concurren otros factores de gran importancia muy ligados a las características específicas de cada ciudad, como su urbanismo, su densidad de población o su carácter turístico, que, habitualmente, pueden atraer vehículos de otros lugares.

Las más habituales

En cuanto a la tipología, las multas más habituales en las capitales son las de exceso de velocidad (44 por ciento), seguidas por el estacionamiento regulado (27 por ciento) y el estacionamiento indebido (13 por ciento), que afecta a cruces, zonas peatonales o doble fila, entre otros. A más distancia aparece, no respetar la señalización (5 por ciento), que incluyen infracciones como saltarse semáforos, la señalización vertical y horizontal o no seguir las indicaciones de los agentes de circulación. También es destacable el número de sanciones por no notificar la identidad del conductor en caso de pérdida de puntos (4,5 por ciento), una sanción bastante desconocida que puede triplicar el importe inicial de la multa.

De este modo, los conductores españoles siguen siendo muy críticos con los Ayuntamientos: casi el 90 por ciento -un 87 por ciento en el caso de los madrileños- atribuye carácter recaudatorio a las multas y el 60 por ciento -un 52 por ciento en Madrid- piensa que los radares de las ciudades y sus circunvalaciones persiguen obtener cuanto más dinero, mejor. A pesar de ello, la realidad es otra, ya que el número de las sanciones de tráfico impuestas por las autoridades municipales en los últimos años ha descendido notablemente.

En cualquier caso, la percepción de los conductores no cambia tras las elecciones municipales de 2015, ya que el 72 por ciento cree que los nuevos consistorios lo están haciendo igual que los anteriores, un porcentaje que baja hasta el 65 por ciento en el caso de los madrileños, y un 17 por ciento piensa que lo están haciendo incluso peor, una cifra ligeramente superior en Madrid (18 por ciento).

En cuanto a la actitud de los conductores sancionados, las multas menos aceptadas son las de aparcamiento. De hecho, el 60 por ciento de los españoles cree que la única función de los trabajadores del estacionamiento regulado es sancionar, porcentaje que baja hasta el 56 por ciento en el caso de Madrid. Los cuerpos policiales salen mucho mejor parados, ya que alrededor del 75 por ciento de los conductores valoran positivamente su labor, un porcentaje que sube hasta el 77 por ciento en el caso de los madrileños.

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