
Valerio Bispuri declaraba que "la profundidad de una imagen nace de la perfecta armonía entre lo que se siente y lo que se ve".
El Instituto Italiano de Cultura de Madrid expone, hasta el próximo viernes 11 de septiembre, la Mirada interior del fotorreportero romano nacido en 1971. A través de sus viajes por Italia, Bosnia, India, Filipinas y, sobre todo, América Latina -donde ha desarrollado la mayor parte de su trabajo fotográfico- Bispuri acompaña a los asistentes por un recorrido de experiencias y emociones; un reflejo de la historia reciente de nuestro mundo. En sus instantáneas, hay cabida para las Amazonia brasileña, la drogadicción infantil de las periferias latinoamericanas y la situación de Filipinas, después de uno de los tifones más fuertes de la historia.
Enmarcada dentro del festival Photoespaña 2015, donde el Instituto Italiano de Cultura ha participado como sede invitada, la exposición Mirada interior muestra los trabajos más significativos de la carrera del fotógrafo, realizados desde finales de los años 90 hasta nuestros días.
Veintiséis años antes del nacimiento de Bispuri, concretamente el 5 de mayo de 1945, alguien fotografiaba a Francesc Boix con una cámara colgada al cuello y un brazalete que lo identificaba como reportero. Las fuerzas norteamericanas acababan de liberar el campo de concentración nazi de Mauthausen (Austria), donde el propio Boix había sido internado.
Hasta el próximo 18 de octubre, la exposición Más allá de Mauthausen sirve al Museo de Historia de Cataluña para conmemorar el septuagésimo aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial y para mostrar, por primera vez, una retrospectiva del fotógrafo barcelonés. Algunas de las instantáneas de Boix, en las que se refleja de forma cruda la situación a la que los presos de los campos de concentración se veían sometidos, se utilizaron en los juicios de Nuremberg y Dachau para evitar que los crímenes del nazismo quedasen impunes.