Sao Paulo, 16 ene (EFE).- La guerra entre facciones criminales se ha intensificado en Brasil, donde prisioneros de clanes rivales intentaron rebelarse de nuevo tras la muerte de 26 reos en una cárcel del estado de Río Grande do Norte durante el fin de semana.
Encaramados en un tejado, reos del Primer Comando de la Capital (PCC) y del Sindicato do Crime do Río Grande do Norte (SDC) se lanzaron advertencias y marcaron territorio, pintando sus respectivas siglas en banderas y paredes de la Penitenciaria Estatal de Alcaçuz, en la región metropolitana de Natal, en el noreste del país.
En un clima de tensión, agentes de la Policía Militar (PM) y del Grupo de Operaciones Especiales (GEO) entraron en el complejo penitenciario, momento en el que los presos, con palos y piedras, bajaron de los tejados y cesaron en el intento de rebelión.
El altercado se produjo dos días después de que la prisión fuera escenario de una masacre supuestamente comandada por el PCC contra miembros de la SDC, grupo criminal con quien disputa el dominio de las cárceles del estado.
"Fuera PPC. Queremos paz, pero no huimos de la guerra", advertía una de las banderas ondeadas por los afiliados del SDC, como respuesta a la matanza perpetrada el fin de semana.
Este es el segundo ataque supuestamente dirigido por el PCC en la primera quincena del año en cárceles del país, después del duro golpe que recibió el pasado 1 de enero, cuando fue atacado en una prisión en la ciudad amazónica de Manaos por la organización Familia do Norte (FDN), aliada del Comando Vermelho (CV).
En el enfrentamiento murieron 56 presos, muchos de los cuales fueron decapitados, descuartizados y carbonizados, lo que intensificó la guerra entre los clanes y avivó las ansias de poder del PCC, según dijo a Efe Lincoln Gakiya, un fiscal de Sao Paulo especializado en la lucha contra el crimen organizado, especialmente el Primer Comando de la Capital.
En "Manaos el PCC es minoría y después de lo ocurrido prometió venganza. Pero esa venganza no ocurrirá allí (Manaos)", alertó Gakiya, en referencia a la expansión de las matanzas a otros estados brasileños.
El PCC, dijo, "se vengará donde pueda" y por eso la "guerra tiene potencial para continuar".
Gakiya recordó que los enfrentamientos entre bandas tiene como telón de fondo el control del tráfico de drogas, especialmente en la región norte del país, y se recrudecieron tras la ruptura entre el PCC y el CV, que durante años mantuvieron un pacto de no agresión.
El CV tiene al menos cinco facciones aliadas en la región norte del país, pero a pesar de la extensión de los lazos del Comando Vermelho, el PCC, recordó el fiscal, es quien posee una "mayor estructura".
El PCC, creado en 1993 en un presidio de la localidad paulista de Taubaté, cuenta con 7.000 afiliados tan sólo en el estado de Sao Paulo y más de 16.000 seguidores en el resto de Brasil, según cálculos del fiscal, que investiga a la facción desde hace una década.
"El PCC tiene una estructura piramidal, una estructura empresarial, con sectores financieros, de producción de drogas, de abogados, de salud. Es como si fuera una gran empresa", agregó Gakiya.
A su juicio, la "ausencia" del Estado en muchas prisiones del país, las cuales sufren de hacinamiento e insalubridad, ha permitido el fortalecimiento de las facciones en el interior de las cárceles y la "extensión de sus tentáculos".
La crisis del sistema penitenciario brasileño ha ganado visibilidad tras la ola de violencia registrada desde comienzo de año y que ha provocado la muerte de más de 100 internos en todo el país.
En el estado de Alagoas, en el norte del país, las autoridades trasladaron cerca de 800 presos en los últimos días en una macro operación para evitar posibles masacres entre bandas rivales.
"Queremos evitar muertes y conflictos en el sistema penitenciario debido a la guerra declarada entre facciones criminales que asuela a todo el país y que ya culminó con la muerte de más de 120 presos en diferentes estados", afirmó el secretario de la Secretaria regional de Resociabilización e Inclusión Social (Seris), teniente coronel Marcos Sérgio de Freias, citado en un comunicado.
Además de los asesinatos, se han producido masivas fugas en los últimos días, como la registrada la víspera en una cárcel de la región metropolitana de Curitiba, en el sureño estado de Paraná.
Un total de 28 presos huyeron tras realizar un agujero en un muro y dos de ellos murieron hoy durante un enfrentamiento con la policía en un residencia de una localidad vecina.
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