
"No deberían producirse embargos masivos de cuentas cuando se realiza un embargo de cuentas por la Agencia Tributaria (Aeat), porque además de ser perversos, obligan a los funcionarios a realizar actuaciones para devolver el dinero cobrado de más, lo que impide que puedan dedicarse a investigar otras cosas", afirmó ayer la directora general de Recaudación de la Aeat, Soledad García.
Los embargos masivos, según explicó ayer Adolfo Jiménez, presidente de Asefiget, a elEconomista, se producen cuando el funcionario, ante una deuda de 1.000 euros -por ejemplo- embarga cuatro cuentas del contribuyente con 1.000 euros cada una.
"En estos casos, muchas empresas pequeñas se quedan sin liquidez y para cuando las devuelven el dinero ya se han tenido que endeudar muy seriamente o han tenido que cerrar. Es un problema muy serio", apuntó Ricardo Perpiñán, secretario de Asefiget.
Soledad García indicó que "me sorprende que no haya quejas en la Agencia. Si a mí me pasa, monto un pifostio que se enteran. Es preciso denunciarlo ante el Consejo de Defensa del Contribuyente".
Los asesores fiscales de las pequeñas y medianas empresas, agrupados en la Asociación Española de Asesores Fiscales y Gestores Tributarios (Asefiget) mostraron ayer su preocupación por la tardanza de la Agencia Tributaria (Aeat) en la expedición de los certificados de estar al corriente de pago con Hacienda, que los empresarios tienen que presentar para cobrar sus servicios prestados a las Administraciones Públicas.
Según explicó ayer Adolfo Jiménez, presidente de Asefiget, una vez que se paga a Hacienda pueden pasar hasta 15 días para que el banco informe del pago a la Aeat y ésta inicie las comprobaciones para realizar los pagos correspondientes.
Reconoció esta situación la directora general de Recaudación de la Aeat, Soledad García, quien indicó que los bancos retienen una semana el dinero como pago de su colaboración con la Administración Tributaria antes de ingresarla en las arcas públicas. Además, cada 15 días remiten la información sobre los pagos realizados, por lo que este retraso tiene una solución bastante difícil.
García reconoció que "no tenemos funcionarios suficientes para afrontar todos los procedimientos a un tiempo". Por eso, justificó que las respuestas que se dan cuando se deniegan los aplazamientos solicitados sean genéricas y los funcionarios no redacten cada una de ellas para facilitar los recusos a los contribuyentes.
También, la directora general explicó que desde que se deniegan los aplazamientos, salvo que sean por causas excepcionales, han aumentado los ingresos cobrados por la Agencia Tributaria, aunque desde entonces se han incrementado los pagos suspendidos por recursos.