La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cantabria ha condenado a E.S.M. a catorce meses de prisión, por atacar a su pareja con un machete de carnicero y luego resistirse a ser detenida por los agentes de la policía.
SANTANDER (SAN.MC) 1 (EUROPA PRESS)
Según relata la sentencia, hecha pública hoy, los hechos sucedieron en diciembre de 2007, cuando la acusada, que era toxicómana, se encontraba junto a su compañero en su domicilio de Santander. Durante todo el día, ambos habían consumido drogas y alcohol.
Por la madrugada, la mujer tomó numerosas pastillas tranquilizantes y, tras distintos incidentes domésticos, cogió un cuchillo y trató de clavárselo a su pareja, que no obstante consiguió quitárselo. Momento después, tomó de la cocina un machete de carnicero que arrojó a su compañero, que logró esquivarlo.
La víctima salió huyendo a la calle y llamó a la policía, mientras sujetaba el pomo de la puerta del portal para que ella no lo abriera. Pero la acusada logró romperla al lanzar un cuchillo contra el cristal.
El hombre logró regresar su domicilio poco después y allí, notó que le llamaban. Al pensar que era la Policía, abrió la puerta del portal, pero quien apareció fue su compañera, que se abalanzó sobre él.
Fue en ese momento cuando llegaron los agentes y consiguieron separarlos, aunque la víctima sufrió cortes en las manos. Cuando la policía trataba de alejarla de él, la acusada les amenazó y trató de dar varias patadas y puñetazos, por lo que tuvo que ser reducida.
Por estos hechos, se la condenó a ocho meses de prisión, por un delito de violencia doméstica, y a otros seis por resistencia, con la atenuante de intoxicación parcial por consumo de drogas y estupefacientes.
Asimismo, se le impuso la prohibición de acercarse a menos de 300 metros de su compañero durante un período de tres años, y también a tratar de comunicar con él, además de a la indemnización por la rotura del cristal de la puerta del portal.
Esta primera sentencia fue recurrida por la acusada, que alegó la ingesta de drogas y alcohol, pero la sentencia establece que, pese a su dependencia de las sustancias tóxicas y a que las había tomado ese día, no resultaba creíble que hubiera tomado cuarenta pastillas, como aseguró ella. Además, los policías no apreciaron una afectación en sus facultades aparte de su estado de agresividad, por lo que se rechaza su recurso.