Miami (EE.UU.), 11 jul (EFE).- Una flotilla de barcos del exilio cubano en Miami (EE.UU.) conmemorará este sábado el vigésimo aniversario del hundimiento del remolcador "13 de marzo" que ocasionó la muerte de 37 personas cerca a la bahía de La Habana, en Cuba.
La flotilla también protestará por "la ayuda militar de Rusia a la isla" a propósito de la visita que realiza el presidente ruso, Vladímir Putin, a Cuba, dijo hoy a Efe Ramón Saúl Sánchez, presidente del Movimiento Democracia.
Putin llegó hoy a La Habana para reunirse con el líder de la revolución cubana, Fidel Castro, y su homólogo cubano, Raúl Castro, con el que abordará proyectos en distintas materias de cooperación bilateral como inversiones, transportes, aviación civil y el ámbito energético.
Varias embarcaciones partirán mañana de Cayo Hueso, en Florida, a las costas cubanas, donde rendirán tributo a las víctimas con el lanzamiento de luces artificiales, informó el Movimiento Democracia.
Según este grupo del exilio, en el homenaje "Flotilla democracia luces de libertad" estará presente Jorge García, quien perdió a 14 familiares en la tragedia, en la que murieron varios niños.
El acto también busca reclamar la reunificación de la familia cubana y "el cese de la explotación económica con las transacciones de pasajes, paquetes, remesas, llamadas a Cuba y trámites consulares", señaló la organización.
Por su parte, la organización MAR por Cuba anunció que el domingo realizará una ofrenda floral y orará por las víctimas, en el monumento del Memorial Cubano, en Miami.
Entretanto, en Cuba, Sánchez informó que miembros de la oposición y del Movimiento Democracia, dirigido en la isla por José Díaz Silva, se acercarán al Malecón y otros puntos en la costa con velas y flores para arrojarlas al mar y observar desde allí las luces que lanzará la flotilla.
El hundimiento ocurrió el 13 de julio de 1994 cuando el remolcador, de propiedad estatal, sustraído por decenas de personas que querían huir de Cuba, fue embestido y hundido por cuatro barcos del Gobierno cubano, en la bahía de La Habana, según testimonios de los sobrevivientes.
La diáspora cubana calificó el hecho de "masacre" y acusó al régimen castrista de autorizar a la tripulación de algunos de sus barcos a perpetrar el hecho, mientras que las autoridades cubanas han sostenido que se trató de un accidente.