
La patronal del sector asegurador Unespa ha propuesto al Ministerio de Hacienda que aproveche la reforma fiscal para mejorar el tratamiento fiscal de las rentas vitalicias de fondos de pensiones, planes individuales de ahorro sistemático (Pias) y otros productos de ahorro que sirven para complementar la pensión pública.
Se trata de equiparar la tributación de los planes de pensiones con la de los depósitos, favorecer el cobro de los seguros de ahorro en forma de rentas vitalicias, facilitar la extensión de los planes de pensiones en pymes, permitir que los ahorradores conviertan su patrimonio en rentas vitalicias sin coste fiscal, y aumentar los límites de deducciones en los Pias (planes individuales de ahorro sistemático).
Rendimientos del Trabajo
Lo anunció ayer la presidenta de Unespa, Pilar González de Frutos, en la presentación de las propuestas de esta organización para la reforma fiscal. Así, propone una reducción del 40 por ciento de la parte de la prestación que se corresponde con la devolución de aportaciones de los planes de pensiones y otros sistemas de previsión social, siempre que toda la prestación o una parte significativa se cobre en forma de renta vitalicia.
Explicó también que hoy en día el cobro en forma de renta vitalicia no goza de incentivo fiscal alguno, tributando las rentas percibidas como rendimientos del trabajo, al tipo marginal, a pesar de ser "un tipo de ahorro muy estimado".
Las rentas vitalicias son el instrumento que mayor grado de complementariedad presenta con las prestaciones de la Seguridad Social. Por ello, Unespa solicita a Hacienda que piense en incentivos especiales para que las pymes, que conforman más del 98 por ciento del tejido empresarial, se animen a desarrollar la previsión social complementaria, que ahora es nula, pues solo las grandes empresas y filiales de multinacionales cuentan con fondos de pensiones colectivos.
González de Frutos explicó que sería muy beneficioso que las pymes pudieran hacer aportaciones por cuenta de sus empleados a planes de pensiones individuales o de previsión asegurado (PPA) sin necesidad de promover un plan de pensiones de empleo o formalizar uno de previsión social empresarial.
Con respecto a las rentas del ahorro, se ha propuesto también el establecimiento de una exención de los rendimientos del capital mobiliario o de las ganancias patrimoniales que se pongan de manifiesto con ocasión de la transmisión del patrimonio mobiliario o inmobiliario del contribuyente (cualquier vivienda o inmueble de que disponga, por ejemplo, sin necesidad de que sea su vivienda habitual), siempre que el importe obtenido se destine a constituir una renta vitalicia asegurada, que no podría superar mensualmente ciertos límites.
La vigente Ley del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) solo prevé este beneficio fiscal para la vivienda habitual de mayores de 65 años o dependientes.
Con respecto a los Pias, que son seguros de vida destinados a constituir un ahorro sistemático y con incentivos fiscales, demanda una exención de los rendimientos generados en la fase de acumulación si se cobran como renta vitalicia, se propone elevar el actual límite de aportación anual de 8.000 euros, que hace que los mayores de 50 años no obtengan unos volúmenes de ahorro suficientes para complementar la pensión pública.
De Frutos apuntó que esta edad es la del inicio del ahorro para muchas personas, puesto que acaban de pagar su hipoteca. También se propone eliminar el límite máximo de aportación global establecido en 240.000 euros.