El abogado argentino, satisfecho con medidas contra "Muñecas" y "Billy el Niño"

Madrid, 5 dic (EFE).- El abogado argentino Carlos Slepoy se ha mostrado "satisfecho" por las medidas cautelares que el juez Pablo Ruz ha adoptado contra el exinspector Juan Antonio González Pacheco, Billy el Niño, y el ex guardia civil Jesús Muñecas Aguilar, capitán Muñecas, aunque hubiera preferido para ellos "prisión preventiva".

"Estamos satisfechos con la decisiones adoptadas porque creemos que garantiza que ambos queden a disposición de la Justicia mientras dure el proceso de extradición", ha señalado en declaraciones a los periodistas a las puertas de la Audiencia Nacional el letrado Slepoy, impulsor de la querella contra estos exmandos policiales en Argentina.

A instancias del fiscal Pedro Martínez Torrijos, el juez Pablo Ruz ha acordado hoy para ellos comparecencias semanales en el juzgado, la prohibición de salir del territorio nacional y retirada del pasaporte, la obligación de facilitar un teléfono de contacto y un domicilio para poder ser localizados.

El letrado, que en su día también impulsó la querella por los crímenes durante la dictadura argentina que fue investigada por el exjuez Baltasar Garzón, ha agradecido también a Ruz la "deferencia" que ha tenido de atenderle como representante de la coordinadora estatal de apoyo a la querella argentina contra los crímenes del franquismo (CEAQUA).

Sin embargo, ha tildado de "intolerable" la actitud que los agentes de la policía nacional han tenido ante la veintena de personas que se han manifestado, primero, ante la sede del tribunal en el número 12 de la calle Prim, y luego en la esquina de esta calle con el Paseo de los Recoletos.

Este grupo de personas, de entre 30 y 70 años, han protestado al grito de "torturadores extradición y colaboradores a prisión" durante más de tres horas en las inmediaciones de la Audiencia Nacional.

Slepoy ha apuntado además que agentes de la policía nacional han pedido a algunos de estos manifestantes su carnet de identidad "para multarles", algo que ha calificado como "un acto de intimidación" que nada tiene que ver con el trato que a estas personas se les da en Argentina, donde "están siendo homenajeadas".