Los mossos imputados acuden a declarar camuflados entre una veintena de policías

Barcelona, 13 nov (EFE).- Cuatro de los mossos d'esquadra imputados por la muerte del empresario Juan Andrés Benítez, en el caso del Raval, han llegado a la Ciutat de la Justicia para declarar ante la juez con gafas de sol y camuflados entre una veintena de compañeros, con lo que han dificultado que se les identificara.

La titular del juzgado de instrucción número 20 de Barcelona ha citado a declarar hoy como imputados a ocho mossos d'esquadra que participaron en la reducción del empresario, que murió el pasado 6 de octubre tras ser inmovilizado por la policía catalana en el barrio barcelonés del Raval.

Está previsto que la juez interrogue esta mañana a cuatro de los agentes imputados y que por la tarde, tras una pausa para almorzar, lo hagan los otros cuatro.

Los agentes citados por la mañana han llegado a la Ciutat de la Justicia vestidos de paisano, algunos de ellos con gafas de sol e incluso en algún caso con la cabeza cubierta por una capucha.

Los imputados han entrado entre un grupo de una veintena de mossos, vestidos de forma similar a ellos, con lo que han dificultado su identificación por parte de los numerosos medios de comunicación que hoy han acudido a la Ciutat de la Justicia para la cobertura de la información.

Los mossos que no estaban citados como imputados han abandonado las inmediaciones de la sala de vista donde se van a llevar a cabo las declaraciones tras acompañar a la puerta a sus compañeros, mientras que los cuatro que serán interrogados han esperado en una sala de testigos anexa a que empezara su comparecencia ante la juez.

La juez Eva Moltó ha imputado a los ocho agentes de la policía catalana por delitos contra la vida y/o la integridad física, contra la integridad moral, obstrucción a la justicia y coacciones.

En su opinión, existen indicios de que los agentes no se limitaron a efectuar acciones para reducir al empresario, sino que le propinaron golpes, patadas y puñetazos, tras lo que intentaron supuestamente destruir pruebas de lo sucedido.