
San Salvador, 12 jul (EFE).- El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, ofreció hoy "todo el apoyo" a la "tregua" entre pandillas, con cuyos cabecillas dialogó en un presidio en un hecho sin precedentes, y que ha tenido como consecuencia la reducción del número de asesinatos en El Salvador,
Los pandilleros, por su parte, anunciaron "un simbólico desarme parcial" de sus grupos y que entregarán las armas a Insulza, aunque no precisaron una fecha.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) llegó este jueves a El Salvador en una visita de dos días para conocer el armisticio entre los principales clanes del país: la "Mara Salvatrucha" y la "Barrio 18".
Insulza, junto a autoridades salvadoreñas y los mediadores de la tregua, se reunió con alrededor de medio centenar de pandilleros y reos comunes en el centro penal de La Esperanza, en la zona de Mariona, en la periferia norte de San Salvador.
"Vamos a dar todo el apoyo que sea posible" a este proceso, expresó el titular del organismo hemisférico en una breve declaración a la prensa después del encuentro, del que salió "muy impresionado".
Esta fue la primera vez que un alto cargo como el secretario general de la OEA se reúne con presidiarios en El Salvador, destacaron fuentes del Ministerio de Seguridad.
El pacto entre los pandilleros salvadoreños "nos infunde mucha esperanza y mucho entusiasmo; vamos a trabajar en lo que podamos" para que siga adelante, añadió Insulza.
Las autoridades salvadoreñas sostienen que la "tregua" entre la "Mara Salvatrucha" y la "Barrio 18", pactada en marzo pasado, ha reducido el promedio diario de asesinatos de 14 a alrededor de cinco en el país.
El Salvador ha sido considerado como uno de los países más violentos del mundo, con una tasa anual de homicidios de 68 por cada 100.000 habitantes, muy por encima de la media latinoamericana de alrededor de 20, según informes de Naciones Unidas.
Las pandillas salvadoreñas tienen unos 64.000 miembros, según los datos disponibles, y el gobierno les atribuye el "el 90 por ciento" de los asesinatos en el país.
Insulza aseveró este jueves que la "tregua" entre esos clanes "es un camino alternativo" para enfrentarse a la violencia en el país centroamericano.
Los cabecillas de las pandillas, que comparecieron aparte ante la prensa, dijeron que entregaron a Insulza un documento en el que anunciaron el "simbólico desarme parcial" de sus fuerzas, aunque no precisaron cuándo lo harán.
El secretario general confirmó que recibió el documento, pero no se refirió a su contenido.
"Las armas depuestas le serán entregadas al señor secretario general de la OEA para su posterior destrucción", para que con sus restos se erija un monumento alusivo a la "tregua", señalaron los pandilleros en su propuesta, leída ante la prensa por el cabecilla de "Barrio 18" Carlos Mojica, conocido como "El Viejo Lin".
Otro jefe pandillero, Carlos Valladares, de la "Mara Salvatrucha", indicó que la propuesta entregada a Insulza busca la "solución de la violencia" en El Salvador.
Antes de reunirse con los pandilleros, Insulza mantuvo un encuentro privado con el canciller salvadoreño, Hugo Martínez, con quien pasó "revista a distintos temas de la agenda entre El Salvador y la OEA", señaló un comunicado de la Cancillería.
El documento subrayó que Insulza "reiteró el respaldo a los distintos esfuerzos gubernamentales" en materia de seguridad, algunos de los cuales se ejecutan con la cooperación del organismos hemisférico.
Martínez e Insulza "reafirmaron la necesidad de continuar trabajando en un enfoque integral frente a la criminalidad", añadió.
Insulza también se reunirá este jueves con el presidente salvadoreño, Mauricio Funes, y con el ministro de Seguridad, David Munguía Payés.
Mañana asistirá a un acto ecuménico por la paz en El Salvador, que será oficiado en la plaza cívica de San Salvador por el obispo castrense, Fabio Colindres, quien proclama que medió entre los pandilleros para que pactaran el cese de la violencia.
El gobierno de El Salvador rechaza acusaciones de que en realidad negoció con las maras o pandillas, y sostiene que se limitó a "facilitar" la mediación de la iglesia.
Las acusaciones contra el gobierno surgieron por el traslado de los pandilleros presos a cárceles de menor seguridad, pero el Ejecutivo ha dicho que lo permitió para que los cabecillas comunicaran los acuerdos alcanzados entre ellos a los demás miembros de las maras.
Los homicidios sumaron al menos 1.562 en el primer semestre de este año, 552 menos que en el mismo período de 2011, cuando fueron 2.114, disminución que se debe principalmente a la "tregua" entre las pandillas y a la labor policial, según el Ministerio de Seguridad.
Luis Alfredo Martínez
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