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El portero de Heaven murió de un disparo en el cuello "a muy corta distancia"

Madrid, 28 jun (EFE).- El cadáver del portero de la discoteca "Heaven" Catalin Stefan Craciun, "Cata", presentaba una herida de bala en el cuello y una quemadura que indicaba que recibió un disparo "a muy corta distancia", ha dicho hoy en la Audiencia Provincial de Madrid el médico forense que hizo la autopsia.

Así lo ha declarado el forense en el juicio a Carlos M.H., para quien el fiscal solicita 52 años de prisión por dos delitos de homicidio, el de "Cata" y el de Alejandro Muñoz Rojas-Marcos, un empleado de la discoteca "Joy Eslava", en la madrugada del 12 de enero de 2009.

El Ministerio Público acusa asimismo a Carlos M.H., de 40 años, de un delito de tenencia ilícita de armas y de tres homicidios en grado de tentativa por haber disparado supuestamente a otras tres personas mientras huía.

En la sesión de hoy, ha comparecido el médico forense que hizo las autopsias y que también examinó al acusado después de los hechos.

"Cata", de 1,93 metros de estatura, murió a causa de una "hemorragia terrible", un "colapso pulmonar" y una "insuficiencia respiratoria" que le produjeron dos heridas de bala, una en el cuello y otra en el abdomen, ha explicado el forense.

La herida del cuello era "mortal" y presentaba una quemadura que indicaba que el disparo se hizo a "muy corta distancia", según el facultativo, quien ha precisado que el cuerpo del portero de la discoteca "Heaven" no tenía ninguna lesión de defensa.

El forense ha apuntado que la bala del cuello "entró de arriba abajo, de derecha a izquierda y de adelante atrás", al tiempo que ha barajado dos hipótesis -que el agresor estuviera en un nivel superior o que estuviera al mismo nivel que la víctima- y ha estimado que primero se produjo el disparo en el abdomen y después en el cuello.

Ha detallado que Muñoz también falleció tras recibir un único disparo con orificio de entrada en la espalda y orificio de salida en la parte anterior del torso.

En cuanto al acusado, el forense ha manifestado que presentaba lesiones "clínicamente leves", como un hematoma en el párpado izquierdo, una contusión nasal con fractura de huesos propios, una herida contusa en el labio, movilidad en el incisivo central izquierdo y una pequeña herida contusa en el pómulo derecho.

Las heridas de Carlos M.J. requirieron siete u ocho días de curación y podían obedecer a "cuatro o cinco golpes con puños y patadas", ha precisado el facultativo.

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