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Acusado 'Crimen Tinaja' dice que el fallecido tenía que haber sido su padre

Murcia, 7 feb (EFE).- Alejandro M., el hombre al que se juzga desde hoy en la Audiencia Provincial de Murcia acusado de asesinar a un compañero de piso y arrojar su cadáver a la tinaja de una bodega, ha dicho en la primera sesión del juicio que "el fallecido tenía que haber sido mi padre, al que odiaré toda la vida".

El procesado, para quien el fiscal pide penas que suman 26 años y cinco meses de cárcel, ha añadido que descargó sobre la víctima, L.M., "toda la rabia que sentía hacia mi padre, la persona que estropeó mi vida y que llegó incluso a abusar de mi y a darme numerosas palizas porque decía que yo era el gallito de la casa".

A preguntas del fiscal, ha reconocido que la discusión que acabó en el crimen, ocurrido el 26 de septiembre de 2008 en la vivienda que el fallecido tenía alquilada en Bullas (Murcia), se inició porque "yo, aquel día, quería que habláramos, y él sólo quería dormir".

Asimismo ha manifestado que L.M. "me recordaba a mi padre por su forma de hablar y de comportarse; yo diría que tenía un sesenta por ciento de él, al que me recordaba los hechos que yo sufrí en mi infancia", para añadir que le disgustaba que estuviera siempre "con la bebida y las drogas".

"Me arrepiento de haberlo matado; me gustaría que hubiera sido mi padre: esto lo firmaría con mi propia sangre", ha dicho en otro momento de su declaración.

El acusado ha relatado que la mortal agresión comenzó cuando comenzó a propinarle golpes en la cabeza con un palo, procediendo después a atarle a una cama, "para después irme al salón de la casa a ver una película por televisión".

Ha reconocido también que poco más tarde intentó cortarle el cuello con un cuchillo, además de clavarle un destornillador en el pecho, que llegó a afectar a un pulmón.

Los hechos continuaron cuando accedió a desatarle, "y de nuevo volví a darle golpes, porque intentó irse de allí, y fue entonces cuando intenté estrangularlo con las manos y los pies".

Ha manifestado también que cuando comprobó que estaba muerto metió el cadáver en un frigorífico, "con la intención de comérmelo" y que le cortó un dedo "porque quería dejarlo en el buzón de un sobrino del alcalde".

Alejandro M. ha dicho igualmente ante el jurado popular que lo juzga que cuando el cadáver estaba tendido en el salón en una gran mancha de sangre llegó a la casa J.P., un conocido de ambos, "que me dijó que qué locura había hecho".

El procesado ha dicho por primera vez hoy que este último le ayudó a coger el cuerpo sin vida y arrojarlo a una tinaja de la bodega que había en el sótano del inmueble, cuando hasta ahora había mantenido que lo hizo él solo.

La vista oral continuará mañana con la declaración como testigos, entre otros, de J.P.

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