La acusada de matar a su marido de conveniencia acepta 13 años de prisión

Madrid, 18 ene (EFE).- La acusada de matar a su marido, con el que se casó para poder venir a España, ha aceptado hoy una pena de trece años de prisión después de que su defensa llegara a un acuerdo con la Fiscalía, que en un principio solicitaba dieciséis años de cárcel.

En la última sesión del juicio a Fátima E.K., de nacionalidad marroquí, antes de que un jurado popular se retirara a deliberar el veredicto, la acusada ha aprovechado su turno de última palabra para decir que está arrepentida de haber asesinado a Antonio L.P. el 4 de enero de 2010 en el barrio de Carabanchel.

El día de los hechos Fátima golpeó a Antonio en la base del cráneo con una tabla de madera y un jarrón de cerámica hasta que cayó al suelo para después asestarle varias puñaladas en la zona de la nuca y los hombros.

El crimen tuvo lugar en una vivienda ubicada en la calle del Cardenal Pancili, donde anteriormente residía Antonio con su pareja real, y donde, según el relato de la fiscal, la acusada, abordó a Antonio por la espalda "con intención de acabar con su vida", produciéndole "un sufrimiento innecesario".

Tras el crimen la acusada fue a la comisaría de Carabanchel en taxi y confesó que había matado a Antonio.

En sus conclusiones, la fiscal ha retirado el agravante de parentesco al considerar que el procesado y la víctima no eran pareja sentimental, por lo que ha rebajado tres años su petición de pena, aunque ha destacado que la acusada tiene una alteración de sus facultades mentales "que no la eximen de forma completa de su responsabilidad".

La defensa, que en principio solicitaba el ingreso de Fátima en un psiquiátrico durante 10 años, se ha adherido a las conclusiones del Ministerio Público, pero ha alegado que la procesada tiene "gravemente" alterada su capacidad de distinguir entre el bien y el mal y que "no sabía lo que estaba haciendo".

Por su parte, la acusación particular ha pedido al jurado que, a la hora de dar su veredicto tenga en cuenta que fue un "ataque sorpresivo sin posibilidad de defensa" y que "hubo ensañamiento", ya que los médicos forenses aseguraron que cuando recibió las puñaladas todavía "le quedaba un hilo de vida". EFE