La competencia entre los distintos despachos dentro del sector legal lleva a diferencias de hasta un 70 por ciento en el precio presupuestado para el mismo briefing, aunque ello puede bajar el nivel de calidad técnica, así como la categoría de los profesionales que se encarguen del caso.
Es una de las conclusiones del Estudio del Sector Legal de los Negocios de la Facultad de Derecho de la escuela de derecho y negocios ESADE, presentado ayer en su sede madrileña, que demuestra que existe una tendencia general a la reducción de los honorarios, que se mueve en torno a un 10 y un 20 por ciento.
Por otro lado, la forma de tarifar sigue siendo uno de los puntos que generan más debate, siendo la preferencia del sector trabajar con presupuestos cerrados.
La estadística, que recoge cambios en las tendencias tras los dos últimos años de crisis -aunque analiza la evolución del sector en los últimos 15 ejercicios-, también demuestra que el precio se ha convertido en elemento clave a la hora de contratar servicios jurídicos externos, generando una pérdida de calidad del trabajo. Sin embargo, para los clientes, el principal valor sigue siendo, por encima del coste, el prestigio de cada abogado -y no del propio bufete-, de forma que los clientes suelen seguir a éste en su recorrido profesional al cambiar de firma.
En este sentido, la mayoría de los clientes son "infieles", ya que piden una media de tres presupuestos para el mismo caso, por la propia política de la empresa, a pesar de contar con un despacho de referencia con el que suelen quedarse finalmente, tal y como señalan las responsables del estudio, Sandra Enzler y Eugenia Navarro, ambas profesoras de ESADE. Esto supone trabajo extra para los que no sean seleccionados, aunque también una oportunidad de lograr un nuevo cliente.
El estudio, que recoge datos aportados tanto por abogados de empresa como de firmas jurídicas, incluye tanto en cuestas tipo test (más de 500 envíos, con un 70 por ciento de respuesta), dinámicas de grupo y entrevistas personales con más de 50 personajes relevantes del sector, lo que demuestra "una gran voluntad de participación" y de esclarecer lo relativo a "un mercado bastante oscuro", según las responsables.
Mayor profesionalización
Otro aspecto destacado se refiere a los cambios relativos al propio perfil del profesional del derecho. Si antes la tarea de éste resultaba más introspectiva, con el tiempo el abogado ha tenido que modificar su forma de actuar para asumir tareas de gestión y de comercial, con el fin de captar clientes y generar negocio.
En este sentido, también es destacable una presencia cada vez mayor de otro tipo de profesionales dentro del sector, especialmente en lo relacionado con materia financiera, marketing y la comunicación, y, cada vez más, para recursos humanos, con la idea de promocionar y retener talentos.
La gran asignatura pendiente de los despachos, sin embargo, sigue siendo la falta de trabajo en equipo, tal y como apunta Navarro, quien afirma que "el despacho más rentable del mundo tiene precisamente como fórmula el potenciar no el trabajo individual, sino en equipo", por lo que "esa es la línea que habría que seguir".
El conocimiento de idiomas y el desarrollo de habilidades de comunicación son otros de los requisitos que deben cumplir los nuevos profesionales.