
El abono de ocho días de salario por parte del Fogasa es una medida de "márketing puro y duro". Así de tajante se mostró ayer el abogado laboralista de Garrigues Rafael Giménez-Arnau durante un desayuno de trabajo sobre la reforma laboral organizado ayer por la Asociación Española de Dirección y Desarrollo de Personas (Aedipe).
Según explicó Giménez-Arnau, los requisitos para que el Fogasa se haga cargo de este pago son tantos que parece difícil que se dé algún caso.
"El abono directo por parte del Fogasa de ocho días de salario por año de servicio en extinciones de contratos indefinidos tendrá un impacto mínimo al restringirse enormemente el mismo a: contratos indefinidos celebrados después de 18 de junio de 2010, que tengan una duración mínima de un año, para despidos objetivos, y que se efectúen entre el 18 de junio de 2011 y el 31-12-2011 (dado que a partir de 1-1-2012, se implementará el Fondo de Capitalización)", expuso. Por tanto, a su modo de ver, "es una medida muy llamativa pero ineficaz en la práctica, debido a todas las restricciones que contiene".
El modelo austríaco
Giménez-Arnau también se refirió al fondo de capitalización, que estará operativo a partir del 1 de enero de 2012: "Habrá que esperar al desarrollo normativo, pero previsiblemente incrementará los costes empresariales y, a cambio, periodificará eventuales costes indemnizatorios, de forma que el cambio de trabajo no implique una pérdida del beneficio indemnizatorio".
Íñigo Sagardoy, presidente de Sagardoy Abogados, por su parte, lamentó que la reforma no se hubiera realizado hace dos o tres años, momento en que sí hubieran tenido sentido muchas de las medidas que incluye, a modo preventivo.
Por otro lado, Sagardoy consideró que la regulación del contrato de fomento al empleo indefinido "cierra la puerta a que las empresas lo utilicen" al limitar su uso únicamente a aquellas compañías que, en los seis meses previos, no hayan despedido a ningún trabajador con contrato indefinido de forma improcedente.
Necesidad de unos cambios mínimos
En opinión del presidente del Instituto Internacional Cuatrecasas, Salvador del Rey, la negociación colectiva "es uno de los temas centrales de la reforma", según se desprende de la exposición de motivos de la norma, pero los cambios que se han incluido en el Real Decreto-Ley a este respecto "son mínimos". Para Del Rey, "se sigue con la visión del descuelgue, en lugar de primar la adaptabilidad de la empresa para ganar competitividad".
La reforma sólo incluye cambios mínimos para la modificación de los convenios de empresa. No obstante, según recuerda el socio de Cuatrecasas, el 80 por ciento de las empresas están sujetas a convenios supraempresariales, donde la única salida es el acuerdo con los trabajadores sólo para cambiar la jornada o el descuelgue. Además, Del Rey destacó que si una empresa trata de descolgarse del convenio se debe a que pasa por dificultades económicas, siendo ésta la única causa que atiende la norma.
Todos los expertos que participaron en el desayuno coincidieron en que la reforma no va a servir para crear empleo. En este sentido, Fernando Moreno, director del Instituto Internacional Cuatrecasas, dijo que "no sirve para crear empleo porque limita la contratación temporal y porque las empresas van a tener mucha cautela para contratar indefinido mientras no se clarifiquen las causas del despido objetivo".