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El presidente de la asociación de transportistas dice que los ataques son un genocidio

San Salvador, 21 jun (EFE).- El presidente de la Federación de Cooperativas de Empresarios Transportistas Salvadoreños (Fecoatrans), Catalino Miranda, condenó hoy los ataques a dos autobuses con el resultado de 17 personas muertas, que tildó de "acto terrorista" e incluso de un "genocidio".

"Es un hecho condenable porque aparte de ser un acto terrorista yo le subiría un peldaño más, es un genocidio", dijo Miranda a Efe, al adelantar que tiene previsto solicitar a las autoridades el "estado de excepción" para que "se suspendan las garantías y se persiga verdaderamente el delito".

El dirigente de la principal asociación de transporte público del país indicó que la petición será formulada en una reunión solicitada para hoy con el ministro salvadoreño de Seguridad, Manuel Melgar, con el fin de tratar el tema.

"Lo menos que se puede pedir para ellos es la aplicación de la pena de muerte", indicó Miranda, dolido por los dos ataques, uno de ellos con catorce personas calcinadas en un autobús que fue incinerado.

En El Salvador no está contemplada la pena muerte.

Según Miranda, en lo que va del año el sector de transporte ha sufrido el asesinato de unos 80 trabajadores y 15 vehículos han sido incendiados, principalmente como represalia porque los empresarios se oponen a pagar extorsiones a grupos de delincuentes, como las pandillas Mara Salvatrucha y Mara 18.

Sin embargo, consideró que la incineración de los pasajeros, un crimen inédito en el país, trasciende las extorsiones y es una forma de retar al Estado.

"No es simplemente una extorsión, hay un reto al Estado", porque a su juicio el ataque "ya fue premeditado".

Desconocidos incendiaron un autobús el pasado domingo con un saldo de 14 muertos en una colonia del municipio de Mejicanos, al norte de San Salvador.

Cerca de allí, otro ataque con armas contra un vehículo de transporte de pasajeros dejó tres muertos, dos de ellos niños.

Miranda dijo que el país debería estar con las "banderas a media asta" por la muerte de estas personas, y que también es momento que los funcionarios del Gobierno pongan "sus barbas en remojo" y apliquen leyes más duras contra los delincuentes.

El Salvador vive desde hace años una espiral de violencia que actualmente deja entre 11 y 13 homicidios por día, también se registran numerosas denuncias de asaltos y extorsiones.

Las autoridades culpan de la mayoría de crímenes a las pandillas.

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