La buena gestión de la tesorería es un elemento clave para cualquier empresa, pero principalmente para las de menor tamaño, que tienen menor capacidad de respuesta ante un imprevisto. Por ello, es clave determinar la salud financiera del negocio; es decir, su solvencia para atender los pagos, tanto a largo como a corto plazo. A este respecto, la liquidez no es otra cosa que el efectivo más los activos inmediatamente liquidables que tienen las empresas. Es un concepto estratégico para cualquier compañía, pero cobra especial relevancia en un contexto de inestabilidad económica, pues una mala gestión de la liquidez puede implicar el cierre del negocio.
Para evitar esa falta de liquidez, las entidades bancarias juegan un papel importante, pues en su mano tienen diferentes soluciones. Banco Santander, sin ir más lejos, cuenta con una serie de productos para ayudar, como la financiación a corto plazo, para que la empresa no tenga que esperar a contar con efectivo.
Actualmente, son varios los condicionantes que están suponiendo una traba para la liquidez de las empresas. En primer lugar, la elevada inflación aumenta las necesidades de liquidez, puesto que aumenta el coste de los bienes y servicios. En segundo lugar, la subida de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE) ha provocado que se encarezca el acceso al crédito. A este respecto, según la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme), en los últimos 24 meses, los costes en las pymes han crecido un 33%.
La persistencia de esta situación está menoscabando la resistencia de la empresa. De hecho, en el último trimestre de 2022 se produjo la primera reducción anual del número de empresas que se registra desde 2013 con un saldo de 1.151 pymes menos. A esto se une, como destacan desde el organismo, que los concursos de acreedores se dispararon un 87,6% en el tercer trimestre de 2022, tras finalizar la moratoria concursal, y siguieron subiendo un 23,6% en el cuarto trimestre.
"Una buena gestión del riesgo de liquidez en las empresas implica el mantenimiento de suficiente efectivo en caja, así como la posibilidad de acceder a créditos financieros o tener capacidad para liquidar sus activos con cierta inmediatez", indican desde Cesce, cabecera de un grupo de empresas que ofrece soluciones integrales para la gestión del crédito comercial y la emisión de seguro de caución y garantías en parte de Europa y Latinoamérica. Cesce es también la Agencia de Crédito a la Exportación española.
Alternativas de financiación
En el mercado existen varias opciones para conseguir financiación. Conocerlas puede suponer la diferencia entre el éxito y el fracaso.
-Factoring. No es otra cosa que el cobro de las facturas por adelantado. Así, por ejemplo, una entidad adelanta el pago a una empresa a cambio de una comisión, por lo que el cobro de una factura a 30, 60 ó 90 días se convierte en dinero instantáneo. Existen varios tipos, entre ellos: con o sin recursos, con o sin notificación, de agencia, y con o sin globalidad.
En la modalidad sin recursos, la más común, la entidad asume el posible riesgo de un impago; mientras que, en la modalidad con recursos, la entidad sí puede solicitar el dinero que se le anticipó a la empresa ante la insolvencia del deudor. Si hablamos de factoring con notificación, se le avisa al cliente que para saldar su deuda tendrá que realizar el pago a la entidad financiera y si es sin notificación, el cliente pagará a la empresa que emitió la factura y ésta entregará el importe a la entidad.
Por su parte, el factoring de agencia implica que la empresa cedente puede ser nombrada agente de cobro por parte de la entidad. En su caso, el factoring con globalidad abarca la totalidad de las facturas que la empresa emite a uno o varios clientes y el factoring sin globalidad sólo incluye una parte de las facturas.
-Confirming. Es un servicio financiero que permite gestionar los pagos de una empresa a sus proveedores. La entidad financiera que ofrece esta alternativa adelanta el importe de la factura en cuestión al proveedor, que podrá cobrarla de manera anticipada financiándola, antes de su fecha de vencimiento.
Según Carlos García Casas, secretario general de la Asociación Española de Factoring, "hoy día en España casi el 20% de su Producto Interior Bruto, es decir, 1 de cada 5 euros, se financia mediante una operación de factoring y confirming". Por su parte, desde Cesce recalcan que "estas soluciones de financiación pueden permitir a una empresa salir de una posición tensa de liquidez e, incluso, evitar su cierre".
-Pagaré. Se trata de un documento que contiene la obligación incondicional de pago por parte de un cliente. Teniendo en cuenta que no se puede cobrar la cantidad estipulada hasta la fecha de vencimiento, existe una modalidad denominada descuento de pagarés para conseguir liquidez de manera más rápida. De este modo, el propietario del pagaré puede acudir a una entidad financiera y cobrar la cantidad adeudada. Hay que tener en cuenta que el cobro por adelantado del pagaré conlleva unas comisiones.
-Ampliación de capital. Consiste en aumentar el capital social de la empresa. Existen diferentes fórmulas, aunque la que permite aumentar la liquidez es la ampliación con cargo a aportaciones dinerarias, ya que implica inyección de dinero en efectivo en la cuenta de la sociedad, por los socios actuales o por nuevos inversores. La principal ventaja es que ese dinero no se tiene que devolver, ya que, a cambio, los socios o los nuevos inversores contarán con una mayor participación en la empresa.
-Liquidación de activos. Otra de las vías para aumentar la liquidez en una empresa es la liquidación de activos que sean improductivos. En otras palabras, se trata de vender aquellos activos que actualmente no generan rentabilidad.
A este respecto, entre todas estas fórmulas de financiación no hay ninguna objetivamente mejor que otra. Cada estrategia para conseguir liquidez tiene sus ventajas e inconvenientes, por lo que cada empresa deberá elegir la que más se adecúe a sus necesidades y circunstancias.
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