
El informe Ciudades sostenibles en España 2018 (Observatorio Sostenibilidad) evalúa el progreso de municipios hacia un desarrollo sostenible y se basa en los indicadores de los objetivos de Desarrollo Sostenible. La Nueva Agenda Urbana sitúa a San Sebastián en el cuarto puesto de la lista.
Además, el Departamento de Medio Ambiente del Ayuntamiento ha recibido el galardón por el proyecto "Donostia se adapta" que en opinión del jurado "busca la adaptación y la mejora de la respuesta ante los episodios climáticos extremos provocados por el calentamiento global. Este proyecto ha establecido una serie de acciones con el objetivo de generar una respuesta más efectiva antes estas situaciones".
Cabe destacar, que el buen hacer de la corporación ha hecho que sus ciudadanos sean corresponsables con el reciclaje. La entidad responsable del reciclaje de vidrio en la ciudad revela que los donostiarras reciclaron 38,4 kilos por habitante en 2018, una cifra muy por encima de la segunda ciudad, que fue Pamplona con 29 kilos por habitante.
¿Qué hace que una ciudad sea sostenible?
Basándose en las premisas de la Carta de Aalborg, una ciudad es sostenible cuando se logra justicia social, unas economías sostenibles y un medio ambiente duradero. La justicia social pasa necesariamente por la sostenibilidad económica y la equidad, que precisan a su vez de una sostenibilidad ambiental.
¿Cómo se puede conseguir una ciudad sostenible?
En nuestro caso, se trabaja en políticas sostenibles en los tres ámbitos mencionados, es decir, el ambiental, social y económico, estableciendo objetivos, planes de acción e indicadores. En la parte ambiental, se desarrolla a través de los Planes de Acción de Agenda 21. En la actualidad se está ejecutando el III Plan de Acción con el horizonte temporal 2015-2022.
¿Cuánto se tarda en transformar una ciudad como la vuestra en una ciudad plenamente sostenible?
Se trata de un proceso de mejora continua para ir integrando el criterio de sostenibilidad en todos los ámbitos que se vayan a desarrollar en el municipio.
¿Cuáles son los principales retos?
Los principales retos son alinear distintos intereses y objetivos de ciudad, conseguir la implicación y corresponsabilidad de la ciudadanía y demás agentes, y desarrollar en la ciudadanía un espíritu crítico, de tal forma que se pueda realizar un consumo inteligente de bienes y servicios, sin perder como objetivo la mejora de la calidad de vida de la ciudadanía (en la cual tiene especial relevancia la calidad ambiental de la ciudad).
El proceso de urbanización actual está ocasionando numerosos problemas en la sostenibilidad de nuestras ciudades. ¿Cómo podemos combinar el desarrollo económico y el medio ambiente saludable?
El desarrollo económico tiene que tener en cuenta el impacto ambiental del mismo y es imprescindible que, por ejemplo, se desacople la generación de gases de efecto invernadero, del PIB de la ciudad. Es decir un incremento económico no debería suponer automáticamente un incremento de la generación de gases de efecto invernadero, no solo por el efecto que esto tiene sobre el cambio climático, sino también, porque además de CO2 equivalente se suelen generar gases y partículas que tienen un impacto directo en la salud de las personas. El desarrollo económico tiene que tener también en cuenta la biodiversidad y los servicios ecosistémicos del municipio, ya que éstos además de proteger nuestro medio ambiente, suponen una mejora paisajística y de calidad de vida de la ciudadanía.
¿De qué manera deben los gobiernos e instituciones impulsar una nueva manera de usar el transporte en las ciudades?
Para conseguir los objetivos de disminución de emisiones de gases de efecto invernadero así como la mejora de los objetivos de calidad acústica, es importante que se den cambios en la movilidad para que esta sea cada vez más sostenible. Es decir, hay que fomentar los desplazamientos a pie, en bicicleta pública y en transporte colectivo, por ese orden de prioridad.
¿Está a favor de las iniciativas europeas como la del "día sin coches"? ¿O es solo demagogia?
Estamos a favor, no como actividad puntual, sino como una puesta en escena de todo el trabajo que se hace a lo largo del año, porque iniciativas de este estilo, como también puede serlo la Hora del Planeta, sirven para visualizar la importancia de la corresponsabilidad de la ciudadanía y la necesidad de actuación por parte de todas y todos.
¿Ve a España preparada para enfrentarse al reto del uso de coches eléctricos a corto plazo?
Los objetivos tanto de emisiones de gases de efecto invernadero, calidad del aire y ruido son muy claros y apuntan a que habrá que hacer una apuesta muy decidida sobre este tipo de movilidad. No obstante, hay que remarcar que hay una jerarquía en cuanto a modos de movilidad sostenible que va en el siguiente orden: desplazamientos a pie, bicicleta, transporte público y movilidad privada.
¿Por qué debería el usuario medio utilizar un coche eléctrico en entornos urbanos e interurbanos?
Tal y como se ha indicado con anterioridad se debería intentar utilizar otros modos de desplazamiento más sostenibles y solo en el caso de que esto no sea posible recurrir a vehículo motorizado. En tal caso, es importante tener un alto grado de electrificación de la flota ya que se generan menos emisiones de gases de efecto invernadero y otros con efectos perjudiciales para la salud y el medio ambiente. Asimismo, se reducen los niveles de contaminación acústica por lo que ayuda a cumplir los Objetivos de Calidad Acústica en la ciudad.
Los ayuntamientos están tomando cada vez más protagonismo en la toma de decisiones con respecto a la movilidad, ¿cómo creéis que evolucionará esta coyuntura a medida que crezca el número de habitantes en las ciudades?
La movilidad es clave en el planteamiento del desarrollo sostenible del municipio y lo será cada vez más. A modo de ejemplo, además de los problemas para cumplimiento de niveles de referencia en cuanto a contaminación acústica, y reducción de gases de efecto invernadero, en 2014, la Agencia Internacional de Investigación para el Cáncer (IARC) calificaba la contaminación atmosférica generada por vehículos diésel como de grupo 1, carcinógeno para humanos, y la de gasolina como grupo 2B, posible carcinógeno para humanos. Por ello, es imprescindible trabajar en aras a una movilidad sostenible.
¿Cómo podría plantearse la calidad de los núcleos urbanos integrando la vegetación?
Tanto para la mejora de la resiliencia de la ciudad a efectos del cambio climático (en cuanto a olas de calor se refiere), así como para fomentar la biodiversidad y la calidad de vida de la ciudadanía, es importante implementar soluciones basadas en la naturaleza en la ciudad. Algunas soluciones de este tipo son, restauración de cauces de regatas, reverdecimiento de patios y manzanas, tejados y muros verdes, mejora de conectividad de zonas naturales y mejora de las áreas de interés en cuanto a calidad en biodiversidad del municipio. Desde el Ayuntamiento, se está trabajando muy activamente en este campo.
¿Qué papel deben jugar en la planificación urbana los aspectos medioambientales, los espacios de recreo, la sostenibilidad y la seguridad alimentaria aportados por las infraestructuras verdes?
Tienen un papel clave, por ello, este Ayuntamiento ha desarrollado varios Planes de Gestión de Espacios Naturales. Además, el municipio es propietario de un enclave de extraordinaria riqueza en biodiversidad que es la Finca de Artikutza, incluida en la Red Natura 2000, en la que ha dejado fuera de uso y se está restaurando el espacio ocupado por el antiguo embalse Enobieta, el cual en la actualidad es el embalse más grande en proceso de recuperación y renaturalización, en Europa. Además, la ciudad está adscrita al Pacto de Política Alimentaria Urbana de Milán, y aprobó en 2018 la Estrategia Alimentaria de la ciudad con una línea muy importante sobre disminución del despilfarro alimentario y fomento de huertas de autoconsumo. En seguridad alimentaria se trabaja muy activamente para el fomento de información sobre alérgenos, mejora de las condiciones higiénico-sanitarias de comercio minorista y actividades hosteleras.
Con frecuencia las ideas de ciudades inteligentes, saludables y amigables son puramente idealistas, es decir, no son viables. ¿Hasta qué punto la naturalización urbana puede ser el instrumento para llevar a la práctica esas ideas?
Las ideas per se no son muy efectivas si no conllevan un plan bien diseñado y consensuado con los diferentes agentes, con acciones concretas, periodificación, presupuesto, personas responsables, metodología de seguimiento y evaluación continua. Por ello, en el ayuntamiento se trabaja con planes que incorporan estos requisitos. Además, las distintas vertientes, smart, saludable, sostenible, y amigable tienen que estar integradas transversalmente.
En su opinión ¿cuáles son las dimensiones más significativas que deben incluirse en el nuevo diseño urbano: arquitectura y tecnología, regulaciones administrativas, sociología, planificación urbana o economía, entre otras?
Todas estas más la perspectiva de género, la pirámide poblacional y por supuesto, clave, la sostenibilidad ambiental, ya que redundará en una mejora de la calidad de vida de la ciudadanía.
Pero ¿cuál es la base de las ciudades inteligentes? ¿Su fundamento último es la tecnología o es la sostenibilidad?
La tecnología tiene que estar al servicio de la sostenibilidad en sentido amplio. El objetivo último debe ser el desarrollo sostenible, tal y como lo establece la Agenda 2030 aprobada por la ONU en 2015.