
Entre los objetivos que se ha marcado la Unión Europea para 2050 está el de conseguir una economía próspera, moderna, competitiva y neutra desde el punto de vista del clima y limitar el incremento de la temperatura global por debajo de los 1,5 °C. Para conseguirlo, es esencial acometer la descarbonización del modelo energético actual.
A este respecto, el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía española presentado por el Gobierno a principios de octubre, y que guiará la ejecución de los 72.000 millones de euros de fondos europeos hasta 2023, presta especial atención a la transición ecológica. De hecho, la inversión verde representa más del 37% del total del Plan. A mediados del pasado mes, la Comisión Europea indicó que el Plan español de Energía y Clima "constituye una base sólida" para diseñar la vertiente verde de las inversiones destinadas a superar la pandemia.
Conscientes de su papel fundamental para poder afrontar esta transición, empresas como Endesa están inmersas en una profunda transformación. La compañía inició hace años un ambicioso plan de reconversión industrial enfocado a desmantelar sus centrales térmicas y sustituirlas por plantas de energías renovables. Entre las acciones, en dos años construyó y conectó a la red 879 megavatios nuevos renovables, que le fueron adjudicados en las subastas de 2017, con una inversión total de unos 3.800 millones de euros.
Adicionalmente, la firma invertirá 120 millones de euros para el desmantelamiento de las dos primeras centrales que pisan el acelerador en su transición justa: Andorra (Teruel) y Compostilla (León). Para acometer esta labor, Endesa contratará mano de obra local, generando así más de 200 empleos anuales, de media, durante su desarrollo.
En el caso de la central de Teruel, que dejó de estar operativa oficialmente el 30 de junio de 2019, se proyecta un macroproyecto de más de 1.700 megavatios que combina producción renovable y almacenamiento aprovechando los alternadores de la actual instalación. Así, se construirá un parque solar fotovoltaico de 50 megavatios de potencia que estará listo a principios de 2022. Un año después, se prevé concluir la segunda fase, en la que se impulsarán 235 megavatios de energía solar fotovoltaica y 54,3 de almacenamiento en baterías. Por último, en la tercera fase se añadirán hasta 1.300 megavatios de potencia fotovoltaica, 90 de energía eólica y 105 de almacenamiento en baterías. El proyecto estaría finalizado en 2026. Hasta su cese actividad, esta central disponía de tres grupos cuya potencia sumaba más de 1.000 megavatios que habían entrado en funcionamiento entre 1979 y 1980.

De hecho, el plan de Endesa para la sustitución y la conversión de esta central de carbón es uno de los proyectos destacados en el informe A Green COVID-19 Recovery and Resilience Plan for Europe, elaborado por EY, que analiza hasta 1.000 iniciativas entre los países de la Unión Europea que podrían contribuir a corto plazo tanto en la generación de empleo como en el cumplimiento de los objetivos climáticos. Por su parte, en Compostilla se desarrollarán proyectos renovables de 780 megavatios, con una inversión de 600 millones de euros. Estos proyectos acompañarán al desmantelamiento de la central, fuera de servicio desde finales de junio de 2020, en los próximos cinco años y generarán alrededor de 1.000 empleos anuales. En este caso concreto, se buscarán proyectos para el desarrollo de otros proyectos empresariales, aprovechando el emplazamiento y las instalaciones de la central.
Para este proceso, la Universidad de León se ha encargado de definir las necesidades sociales, económicas y ambientales de El Bierzo, de tal forma que se pueda conocer el grado de sostenibilidad de las ofertas para que encajen con las necesidades reales de la comarca. Las propuestas declaradas idóneas están vinculadas al sector de la movilidad, la prestación de servicios sociosanitarios, dos iniciativas para fabricar productos industriales y materiales de construcción a partir del aprovechamiento de subproductos de procesos industriales y de residuos, y una planta de producción de hidrógeno con implicación de Endesa como socio industrial.
Tras las plantas de Teruel y León será el turno de Litoral, en Almería, y As Pontes, en A Coruña, que están en proceso de recibir los permisos administrativos de cierre. Aquellos emplazamientos que no se puedan reconvertir para nuevos usos energéticos, pero que sirvan para otras actividades empresariales, acogerán nuevas inversiones de terceros, como la central de Compostilla en León. Para que los trabajos sean más eficientes y menos disruptivos, se ha creado un modelo de desmantelamiento y reconversión paralelo, de manera que mientras se cierra la central antigua, se construye la nueva.
Para todos estos cuatro proyectos, Endesa ha diseñado el esquema Desmantelamiento Integrado, que se basa en criterios de economía circular y permite reutilizar edificios, infraestructuras, componentes industriales y residuos procedentes de los desmantelamientos de estas centrales.
De este modo, los pilares en los que se basa el modelo de economía circular de la compañía son el aprovisionamiento sostenible, para minimizar el consumo de materias primas; la extensión de la vida útil de los productos; el uso de aplicaciones digitales en las que los ciudadanos pueden compartir activos entre ellos; o preservar el valor de los activos al llegar su fin de vida y usarlos en nuevos ciclos.
Cuatro ejes de actuación
Estas actuaciones se enmarcan en los Planes Futur-e, cuyo objetivo es paliar las consecuencias que pueda tener este cambio de modelo en el ámbito económico, ambiental y social. Este proyecto nació en Italia de la mano del Grupo Enel, al que pertenece Endesa, para impulsar un cambio de modelo energético a través de la inversión en tecnología, la innovación y el impulso a las energías renovables.
Estos planes se estructuran en cuatro ejes de actuación: En primer lugar, la búsqueda proactiva de empleo al personal directamente afectado; en segundo, el fomento de la actividad económica y de empleo en la zona. Con la generación de nueva capacidad renovable de Endesa se estiman más de 17.000 empleos generados para la fase de construcción y en torno a 450 para la fase de O&M durante, aproximadamente, 25 años.

En tercer lugar, se promoverá la formación y capacitación para conseguir el reciclaje profesional de las personas directamente afectadas. Para las cuatro plantas se formará a más de 2.000 personas en distintos cursos. El cuarto eje de actuación se basa en la sostenibilidad municipal, es decir, la puesta en marcha de iniciativas para mitigar el impacto fiscal que los cierres generan en los municipios en los que están ubicados las centrales.
Con todo, el objetivo de Futur-e es encontrar soluciones y proyectos más allá de los límites del sector energético, que se basen en criterios de sostenibilidad social, medioambiental y económica.
La sostenibilidad en cifras
El ambicioso proyecto que está llevando a cabo Endesa para ser una compañía aún más sostenible y responsable con el medio ambiente y la sociedad en su conjunto, ya va ofreciendo resultados. Así, la empresa cuenta con 7.452 megavatios de potencia instalada renovable y casi el 60% de su producción neta está libre de emisiones.
Además, su plan estratégico le permitirá tener un 85% de la generación peninsular de electricidad libre de emisiones en 2022. Para lograrlo, añadirán casi 3.000 megavatios de nueva potencia de origen renovable durante estos tres próximos años al tiempo que suprimirán toda la generación con carbón. El objetivo es que un 75% de toda la generación, incluida la de Canarias y Baleares, no genere emisiones de CO2 en 2030. A través de su filial, Enel Green Power España, Endesa sigue creciendo y sumando megavatios renovables a su mix energético.
Asimismo, la compañía tiene en marcha otras líneas de actuación como el fomento de la movilidad eléctrica como una de las vías para la luchar contra el cambio climático. El objetivo del plan de movilidad es tener instalados 36.000 puntos de recarga de uso público y privado en 2022. Esta línea de actuación forma parte de Endesa X, la filial que aborda el reto de descarbonizar y electrificar los usos de la energía en hogares, empresas, industrias y administraciones públicas.