De los 1,8 billones de euros que tiene Amundi bajo gestión, el 44% (800.000 millones) son activos responsables, explica Elodie Laugel, su directora de inversión sostenible. La gestora acaba de presentar un plan ESG (acrónimo que alude a los criterios ambientales, sociales y de buen gobierno) hasta 2025, que implica desinvertir en compañías que generan más del 30% de su actividad con gas y petróleo no convencional. También pretende que el 40% de sus fondos pasivos sean ESG. La entrevista se realizó días antes de presentar esta hoja de ruta. Lea más entrevistas sobre sostenibilidad en elEconomista Inversión sostenible y ESG.
2021 ha sido un año clave para la regulación sostenible en Europa, con la entrada en vigor, en marzo, del Reglamento de Divulgación de finanzas sostenibles (SFDR, por sus siglas en inglés), la taxonomía... ¿Ha supuesto una carga excesiva para las gestoras? ¿Es suficiente?
Es un tema muy importante que está remodelando la industria. Tenemos por delante un periodo de transición que no será fácil, pero lo interesante de cara a este año y al próximo es que la inversión ESG va a convertirse en mainstream [corriente principal]. Estamos presenciando un crecimiento muy importante, del 20% anualizado en los productos ESG, mientras que el mercado de los ETF [fondos cotizados] crece un 15%. Es el mayor aumento en términos de demanda que podemos observar en el mercado. La SFDR obliga a las gestoras a aclarar cómo están desarrollando la inversión sostenible, si estamos "promoviendo las dimensiones ambiental, social o de buen gobierno" (artículo 8 de la SFDR), o poniéndola como objetivo (artículo 9 del Reglamento). Dicho esto, no es suficiente. Necesitamos ir más allá. En los artículos 8 y 9, en función de la interpretación, puedes encontrar cosas muy diferentes en cada categoría. En cualquier caso, tenemos muchas nuevas regulaciones viniendo, estamos al inicio del viaje.
¿Modificaría algo usted en ese Reglamento?
No cambiaría la forma en que se elaboró, solo digo que necesita ser completado. Los artículos 8 y 9 dan indicaciones sobre cómo considerar la ESG. En particular, dentro del artículo 8 [menos exigente que el 9], hay diferentes formas de hacerlo [de promover los factores ESG, como señala dicho artículo del Reglamento]. Y es importante mantener los diferentes enfoques. Nos encontramos en un primer estadio, y que lo que venga después, como la taxonomía, o la inclusión, en el test de idoneidad que se realiza al cliente, de una pregunta sobre sus preferencias en ESG, lo completará. En este momento nos encontramos en el punto en que, después de haber divulgado ese enfoque como gestora, tenemos que reportar qué hay en la cartera, exponer la realidad del porfolio para que el cliente final sea capaz de elegir el producto que mejor encaja con él. Así que, más que cambiar, creo que hay que ir hasta el final de este proceso.
A partir de agosto de 2022 será obligatorio preguntar al cliente sobre sus preferencias en ESG. ¿Será complejo hacerlo?
Será un cambio significativo, ya que modifica la forma en interactúas con el cliente. El desafío es el de educar al cliente en los diferentes enfoques, para que ese inversor individual, sin ser un experto, sea capaz de expresar su punto de vista. Y esto supone un grado de complejidad. La regulación aporta los términos técnicos, y mucha información, y la clave es cómo lidiar con todo ello, y cómo lo haces comprensible para los clientes. Los ahorros cada vez se dirigen más hacia compañías con las mejores prácticas en ESG, y se trata de explicárselo bien a los clientes para no perder esta oportunidad.
En España, el inversor minorista aún no está demasiado interesado por la sostenibilidad. ¿Es así en otros países europeos?
En Europa, en lo que se refiere al inversor retail se ha producido una revolución verde los dos últimos años. En términos de flujos, más de un euro de cada dos se está dirigiendo a productos ESG. Creo que ya ha alcanzado el 60%.
Si un minorista le preguntase "¿Ganaré menos dinero con una cartera sostenible que con una estándar?", ¿qué le respondería?
En el pasado estaba claro que con un enfoque ESG, al reducir tu universo de inversión, reducías las oportunidades de retornos. Por el contrario, hoy está claro que las dimensiones ambiental, social y de buen gobierno tienen un impacto en las compañías. Mi respuesta sería que dejar fuera de tu inversión los criterios ESG no es lo óptimo para el rendimiento. Estos criterios pueden impactar en el lado del riesgo y en el del retorno, y si no los tienes en cuenta estás ignorando parte de la información. Y el precio de una acción, si los mercados son eficientes, refleja toda la información existente sobre una compañía.