Inversion a Fondo

Letras: qué significan los tipos negativos

Hay dos motivos por los que el inversor está dispuesto a pagar por prestar su dinero: uno está relacionado con el interés real y el otro, con la expectativa de vender la letra en el mercado y ganar con su revalorización.

"Yo invierto mirando al futuro. Yo, en tranquilidad y confianza. Yo invierto en la mejoropción (...)". Bajo esas palabras vestidas de spot publicitario, el Tesoro Público español invitaba a la población a través de la televisión a comprardeuda del Estado hace un año, cuando aún era posible obtenerun interés del 1,5 por ciento por una letra con vencimiento a 12 meses. Mucho menos del 5 por ciento que llegó a pagar en 2011 -en el momento más crudo de la crisis-, pero mucho más de lo que ofrece ahora que el apetito por la deuda española ha llevado al organismo a desembolsar las rentabilidades más bajas de su historia e, incluso, a financiarse casi gratis a corto plazo -en el mercado secundario, donde cotiza la deuda una vezque es emitida, las letras a 3 meses han llegado a intercambiarse a tipos negativos-.

Sin embargo, lo que es considerado un éxito para España -en el que mucho tiene que verla laxa política monetaria aplicada porlos distintos bancos centrales, que ha inundado de liquidezlos mercados en los últimos años-, no lo es tanto para el ahorrador, que ha estado a punto de verse en la situación de pagar por prestar dinero. Consciente de ello, el Ministerio de Economía llegó a cambiar la normativa para las emisiones a corto plazo que quedan este año de manera que ningún particular pueda asumir pérdidas, a diferencia de lo que sucede en otros países como Alemania, donde es posible que un minorista compre una letra a un año a tipos negativos.

¿Por qué un inversor llega a pagar por prestar su dinero?

Pero, ¿qué sentido tiene que un inversor acepte esta situación y llegue a pagar por prestar su dinero? Es decir, que cuando recupere su capital no reciba todo, sino un pellizco menos. Hay dos respuestas. En primer lugar es fundamental distinguir entre términos reales y nominales, esto es, contando o sin contar el impacto de la inflación que, en definitiva, modifica el poderadquisitivo del dinero. Una situación de caída de precios provoca que la rentabilidad de una inversión con retornos nominales negativos pueda resultarpositiva en términos reales.

Escenario que puede ocurrir actualmente en España, ya que el indicadorde los precios, el IPC, está en tasas negativas ypodría seguirasíen las próximas fechas. "La renta fija está muy ligada a la economía y a la inflación. En Europa la economía se ha estancado y la inflación está cayendo. Ahora una rentabilidad del 2,3 por ciento a diez años es muy atractiva comparada con todo lo demás y por lo menos durante un año parece que los tipos bajos se van a mantener", explica Rose Marie Boudeguer, directora del servicio de estudios de Banca March.

Otro motivo que lleva a los inversores a aceptar intereses negativos por su dinero es que luego pretendan vender ese activo en el mercado secundario y ganar con su revalorización. En renta fija, la rentabilidad sigue el camino opuesto a los precios: cuando una letra o un bono reduce su rentabilidad, sube su precio y viceversa. En el caso de que los compradores crean que los precios van a seguir subiendo, comprarán, aunque sea a tipos de interés negativos. Esta situación también es susceptible de ocurrir en España: la última vez que el Tesoro emitió letras a 3 meses lo hizo con un interés del 0,056 por ciento. Muchos inversores esperarán a que las rentabilidades caigan más -suban los precios- para vender la deuda en el secundario y ganar con la diferencia.

En épocas de crisis financiera en las que el dinero líquido es un bien muy preciado, los inversores buscan prestatarios fiables para colocar sus ahorros y así asegurarse de que van a recuperarlo al vencimiento. En estas situaciones han llegado incluso a pagar por poner su dinero en manos solventes, como ocurrió con la deuda alemana en la crisis de 2012.

¿Con qué hay que tener cuidado?

Sin embargo, el contexto de mercado actual, en el que se vuelve imposible obtener rentabilidad sin asumir riesgo, no deja de complicar las decisiones de los más conservadores, que no encuentran activos acordes a sus perfiles. Los depósitos ya no son rentables y las letras, que siempre se han considerado la competencia directa de estos, también ofrecen rendimientos históricamente bajos. Entonces, ¿cuál es la alternativa? Muchos han mirado hacia la renta fija sin recordar que, a pesar de su nombre, también existe la posibilidad de perder dinero por la fluctuación que sus precios experimentan en el mercado. Ante esta situación, "la cautela que se debe adoptar ahora ante esta situación es que el inversor no asuma riesgos excesivos, con la expectativa de conseguir una mayor rentabilidad", explica Raquel Blázquez, gestora de carteras de fondos de inversión y sicav de Ibercaja Gestión. "Lo que hay que evitar es entrar en una situación de excesos de asunción de riesgos", añade.

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