Inversion a Fondo

Los 'saltos' con los que ganar en el 'scrip'

Telefónica.Foto: Archivo

Esta semana comienzan a cotizar los derechos de la ampliación de capital que Telefónica empleará para retribuir a sus accionistas. Muchos inversores aprovechan la liquidez que tienen estos títulos, tanta como algunas de las grandes acciones españolas, para buscar altas plusvalías con los pequeños movimientos, ya que los derechos suelen tener un precio inferior a 1 euro.

La posibilidad de ganar o perder mucho con pequeños saltos. Esta es una de las principales características de la veintena de valores españoles que están cotizando a menos de un euro por acción. Para los inversores que están dispuestos a asumir el riesgo de que cada céntimo arriba o abajo suponga un porcentaje alto de ganancias o pérdidas, el verdadero problema es que en este caso la mayoría de estos títulos cuenta con una escasa liquidez, negocian pocas acciones al día con el peligro de quedarse pillado que eso supone. ¿Y si hubiera títulos en la bolsa española con esa misma característica y con mucha más contratación? ¿Tanta liquidez como pueda tener una de las blue chips españolas?

Existen, aunque no se trata de acciones de compañías como tal sino de derechos. Hay que irse a las políticas de retribución de algunas empresas para entenderlo. Muchas españolas incorporaron el scrip dividend, en el que dan la opción al accionista de cobrar el dividendo en efectivo o en acciones y para ello amplían el capital otorgando derechos de suscripción preferente a los accionistas. Estos derechos se negocian en la bolsa durante al menos 15 días, es decir, que se pueden comprar y vender (por cualquier inversor) y en algunos casos llegan a intercambiar tanto dinero como el de las acciones más líquidas de la bolsa española.

Y, lo importante, la rentabilidad que se puede conseguir (o perder) es muy elevada con cada pequeño movimiento porque suelen cotizar por debajo de un euro. Las posibilidades de ganar y perder en un espacio corto de tiempo son mucho mayores que con las acciones de la empresa en cuestión, por lo que se han convertido en títulos muy apreciados para los inversores más especulativos.

Solo un ejemplo. En el último scrip dividend de Banco Santander, los derechos se movieron en una banda entre los 0,144 y los 0,156 euros, con lo que cada salto de 0,001 euros en su cotización llegó a suponer plusvalías de hasta un 0,7 por ciento al jugar con los derechos. Un inversor pudo ganar hasta un 4,1 por ciento con los derechos del banco en un solo día (moviéndose solo de 0,146 a 0,152 euros, ver gráfico), mientras que con la acción de la entidad la máxima rentabilidad que se pudo lograr intradía fue del 3,5 por ciento, para lo que hizo falta un salto de 6,738 a 6,979 euros. Claro que el riesgo también es mayor: cada cambio hacia abajo supone mayores pérdidas.

Y todo esto con liquidez. Hubo sesiones en las que los derechos movieron más de 200 millones de euros. Para entender estas cifras, las empresas de menos de un euro por acción que más dinero mueven son Liberbank y Prisa, que negocian 9,7 y 1,9 millones de euros en cada caso, según los datos de los últimos seis meses que recoge Bloomberg. Y es que los derechos de grandes empresas como el Santander registran un volumen de negociación similar al de las propias blue chips. Los 200 millones de negociación de los derechos del banco bien podrían ser un día de contratación de Iberdrola, Repsol o Inditex.

Ahora mismo, además, la mayoría de grandes cotizadas españolas emplean el scrip dividend: Banco Santander, BBVA, Telefónica (cuyos derechos cotizarán entre el 19 de noviembre y el 3 de diciembre, ver página 5), Repsol, Iberdrola, CaixaBank o Ferrovial.

Otra de las oportunidades que aflora de esta política de retribución es la de aprovechar el gap que se abre entre el derecho y el precio de la acción, teniendo en cuenta el número de derechos que se necesita para recibir un título nuevo. Por ejemplo, en este caso del Santander, entre los títulos del banco y los derechos llegó a abrirse una diferencia de 0,10 euros en esta última ocasión.

Si los derechos cotizan un poco más abajo que la acción, "los grandes inversores compran derechos y venden acciones y captan la diferencia", señala Eduardo Fabris, bróker de derivados de renta variable de Key Capital, que explica que la operación se ejecuta justo en el mismo momento para obtener todo el gap que se abre. "Se produce sobre todo en los primeros días de negociación, donde pueden aparecer muchos inversores dispuestos a vender", puntualiza Fabris. Eso sí, el experto advierte: "Es un tema de inversores profesionales, que disponen de máquinas para comprar grandes cantidades en un mismo momento para hacer arbitraje".

Nueva tributación

Otro tema importante es la nueva fiscalidad. Los derechos de suscripción preferente disfrutan de una tributación ventajosa y diferente a la compra y venta de acciones. Hasta ahora, no se consideraban como ganancia patrimonial, no tenían retención fiscal ni tributaban al 21-25-27 por ciento actual (20-22-24 en 2015 y 19-21-23 por ciento en 2016) en función de la cuantía. Pero a partir de 2015 esto cambia y pasarán a tener la misma fiscalidad que cualquier plusvalía en bolsa.

Hasta ahora, cuando un inversor vende los derechos en mercado lo que ocurre es que se minora el coste de adquisición de las acciones de las que proceden los derechos y no hay efectos fiscales hasta que se venden esas acciones. Hasta que se introduzcan los cambios el próximo enero, si el importe de la venta de los derechos es superior al valor de adquisición de las acciones de procedencia esa diferencia es lo único que se considera ganancia patrimonial.

Y una última cuestión a tener en cuenta es que los accionistas que compren derechos del scrip y se los queden, no podrán pedir a la empresa que se los recompre, es decir, que llegada la fecha la compañía solo adquirirá los derechos y pagará un dividendo en efectivo a los inversores que tenían acciones antes de empezarse el proceso. Si se queda con derechos comprados en mercado, estos solo le dan la opción de recibir acciones.

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