Internacional

México decide hoy su futuro en unas elecciones históricas: ¿arrasará el populismo de López Obrador?

  • El candidato se mantiene como el gran favorito en las encuestas con más de 20 puntos de ventaja sobre sus rivales

Adiós Enrique Peña Nieto. México se despide este lunes de su presidente para dar la bienvenida a un nuevo inquilino de Los Pinos. La suerte se divide entre cuatro candidatos: Andrés Manuel López Obrador (MORENA), José Antonio Meade (PRI), Ricardo Anaya (PAN) y Jaime Rodríguez Calderón "El Bronco" (Independiente). Se trata de una cita clave para la historia del país ya que podría ponerse punto y final a la hegemonía del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y del Partido de Acción Nacional (PAN) ante el ascenso sin precedentes de López Obrador (más conocido como AMLO), el candidato de la coalición 'Juntos Haremos Historia' formada por el partido Movimiento Regeneración Nacional (MORENA), el Partido Encuentro Social (PES) y el Partido del Trabajo (PT). Aunque las elecciones se celebran el domingo, los resultados definitivos no se conocerán hasta el lunes por la tarde porque el Instituto Nacional Electoral (INE) ha implementado un recuento de votos que garantiza la transparencia. No obstante, a las seis de la mañana hora española, el INE lanzará el denominado "conteo rápido" que ofrece una tendencia de voto muy similar a los sondeos a pie de urna.

AMLO es el candidato del cambio, de la regeneración, de la apuesta por México y por la economía nacional. Es el candidato populista, según afirman los expertos, aunque él prefiere definirse como progresista y socialdemócrata, como el presidente que luchará por los intereses de México y acabará con la corrupción, el clientelismoy la violencia. Las de 2018 serán sus terceras y últimas elecciones tras presentarse por primera vez en 2006 frente a Felipe Calderón Hinojosa (PAN) y en 2012 frente a un joven Enrique Peña Nieto (PRI). "No seré candidato eternamente. O llegamos a Palacio Nacional, donde nos aplicaremos a fondo durante seis años para transformar el país, o me iré a Palenque para mi retiro" advirtió el candidato presidencial en agosto de 2017. Y a todas luces parece que se cumplirá la primera opción, ya que el tabasqueño ha arrasado en todas las encuestas prácticamente desde el inicio de la campaña electoral, llegando a sacar más de 20 puntos de ventaja a sus rivales. El pasado domingo se publicó la Consulta Mitofsky, que dejó claro que el líder de MORENA encabeza la intención de voto en los comicios con un 37,7 por ciento, seguido muy de lejos por el conservador Anaya con el 20 por ciento, el priista Meade con el 17,7 por ciento de los sufragios y 'El Bronco' con el 3,1 por ciento. Tres días más tarde, el miércoles 27 de junio, la encuestadora Parametría, otra de las más importantes del país, publicó su sondeo, en el que AMLO encabeza la intención de voto con un 45 por ciento, seguido por Anaya con un 19 por ciento, Meade con un 15 por ciento y El Bronco con un 6 por ciento.

¿Por qué el líder de MORENA se ha convertido en el candidato favorito para los mexicanos? Por un lado, la más que discutible gestión del actual presidente, Enrique Peña Nieto, que a pesar de las numerosas reformas implementadas durante su sexenio -la financiera, energética, y de telecomunicaciones- cuenta con un índice de aprobación del 21%, según la Consulta Mitofsky de marzo de este año, y el 69% de los mexicanos está en desacuerdo con su desempeño. Estas cifras son las peores registradas por un presidente si lo comparamos con sus cuatro antecesores, según el informe. Sobre el inquilino de Los Pinos pesan los mayores índices de criminalidad de la historia –en 2017 se registraron 25.339 homicidios dolosos-, el incremento de la guerra del narcotráfico, el caso de la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa y el alza de los precios de la gasolina a pesar de la apertura del sector a las inversiones extranjeras. Si a esto le añadimos el aumento de la corrupción en el PRI, las acusaciones de plagio en la tesis del presidente, y la investigación en curso sobre la denominada Casa Blanca de Peña Nieto –una mansión valorada en 7 millones de dólares que fue construida por Grupo Higa, una de las empresas que ganó la licitación del tren México-Querétaro y que levantó varias obras en el Estado de México cuando Peña Nieto era Gobernador-, no es de extrañar el ascenso de López Obrador en las encuestas. José Antonio Meade, el exministro de Hacienda elegido por el PRI para concurrir a las elecciones, no se ha visto envuelto en ningún caso de corrupción y, a pesar de contar con el apoyo de los empresarios y de los principales sindicatos el país, no ha logrado despegar en los sondeos.

Por otro lado, el candidato del PAN, el derechista Ricardo Anaya, era quizá la figura más fuerte que podía hacer frente al populismo de López Obrador. El joven panista era un candidato asentado y con buenas ideas para dar un giro político al país, sin embargo, pocos días después de iniciar la campaña electoral se vio salpicado por un escándalo de corrupción y de blanqueo de dinero y su imagen política fue deteriorada. Según la investigación, el 25 de agosto de 2016 la empresa de Ricardo Anaya recibió fondos de una firma fantasma del conocido empresario de Querétaro, Manuel Barreiro, por la venta de una bodega y a su vez, el panista adquirió otro terreno de Barreiro en un polígono industrial valorado en más de un millón de euros. Este asunto supuso la caída en picado de Anaya en las encuestas y el ascenso de López Obrador. ¿Decidirán los mexicanos dar un giro político a su país o apostarán por el continuismo? Este lunes se descubrirá la incógnita.

La 'pesadilla' de los mexicanos

El candidato de MORENA siempre ha sido partidario de apostar por la economía nacional, la privatización de las empresas y combatir la corrupción que, según sus propias palabras, lideran "un puñado" de empresarios mexicanos. Sin embargo, al comenzar la campaña electoral, el tabasqueño relajó el tono amenazante de su discurso. Si en un primer momento abogaba por la eliminación de las reformas económicas de Peña Nieto, poco después moderó su postura afirmando que si ganaba el 1 de julio, revisaría esos contratos firmados para verificar que no han sido realizados bajo la sombra de la corrupción. Lo mismo sucedió con la construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México. López Obrador estaba en contra de las obras, e incluso Carlos Slim ofreció una rueda de prensa en la que señaló que la cancelación del proyecto supondría "suspender el crecimiento" del país norteamericano, a lo que López Obrador le respondió: "Que lo haga él con su dinero". Sin embargo, en mayo, mostró una posición más moderada al afirmar que no se opone a su construcción si no que "buscará lo que más le conviene a México". Asimismo, protagonizó un sonado enfrentamiento con los empresarios más influyentes del país que forman parte del Consejo Mexicano de Negocios (CMN). Según López Obrador, este grupo es "la mafia del poder" y como tal, "no quiere perder el privilegio de mandar". Ante estas declaraciones, el CMN emitió varios comunicados en los que advertían de los peligros del populismo e indicaban a AMLO que "así no" se presidía un país. Debido al ascenso en las encuestas, finalmente se produjo un encuentro entre el selecto grupo y el tabasqueño en el que limaron asperezas y se comprometieron a trabajar "por y para México".

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