Según pasan las horas, las esperanzas de encontrar con vida a los 12 niños y su entrenador de fútbol desaparecidos disminuyen. El país está volcado en la búsqueda del grupo desde el pasado sábado, momento en que se les perdió la pista en una cueva del norte de Tailandia, a la que acudieron para buscar refugio debido a las lluvias torrenciales.
Cientos de personas, incluidas las familias, se agolpan en los alrededores de la cueva para aportar su granito de arena. Sin embargo, las lluvias torrenciales complican las tareas de rescate, que se van cancelando y reanudando continuamente.
Con cada gota de agua se va un rayo de esperanza, ya que los túneles de la cueva se inundan y se hacen inaccesibles. "La crecida del nivel del agua es un gran obstáculo para la operación de rescate y ha habido fuertes lluvias esta noche", ha dicho este miércoles Khanchit Chomphudaeng, el responsable del equipo de socorristas.
El ejército, decenas de buzos y voluntarios peinan las cavidades a las que pueden acceder hora tras hora e intentan drenar el mayor agua posible. Cualquier señal les anima a seguir con más ahínco: por ejemplo, los respiraderos dentro de la cavidad.
Los socorristas encontraron las bicicletas, las botas de fútbol y las mochilas en la entrada de la cueva de Tham Luang. También habrían distinguido varias huellas en una de las cámaras contiguas de la cavidad, aunque ni rastro de los niños, de entre 11 y 16 años, y de su entrenador, de 25.
Según las investigaciones, el equipo de fútbol se refugió en la cueva después de que una tormenta les sorprendiera tras el entrenamiento que habían realizado el sábado.
En 2007, seis turistas y sus dos guías tailandeses murieron al verse atrapados por una repentina inundación en una cueva del parque nacional Khao Sok, en el sur de Tailandia.
Foto: EFE