Las principales calles de Bangkok se vaciarán de los puestos callejeros que llenan el ancho y largo de la capital tailandesa y que son uno de los grandes reclamos del turismo, sobre todo los que ofrecen comida. La prohibición del Gobierno, que achaca a razones de "orden e higiene" la decisión, marca un punto y aparte en la cultura local conocida hasta ahora en un país que podría definirse como un mercadillo gigante al aire libre.
"Todos los tipos de puestos, incluyendo ropa, artículos falsificados y puestos de comida, estarán prohibidos en las principales carreteras de la ciudad", ha asegurado a la agencia AFP el Walop Suwandee, principal asesor del gobernador de la capital tailandesa.
El distrito de Thonglor ha sido el primero en recibir la prohibición, en vigor desde hace un día y promovida por la Junta militar que dirige el país desde 2014, pero las autoridades ya han avisado de que se extenderá por toda una ciudad que encontró en los puestos de comida uno de sus puntos fuertes para atraer a los visitantes extranjeros y que ha sido nombrada por la CNN como uno de los mejores destinos mundiales para degustar comida en la calle.
Las fotografías de woks al fuego en las aceras y el arroz o los noodles dando vueltas son uno de los aspectos por los que el turismo muestra mayor interés en la ciudad que atraviesa el Río Chao Phraya. Además de los sabores, el bajo precio de la comida en Tailandia aumenta el atractivo: hay platos que pasan por poco el euro (50 bath allí). Pero la baja salubridad de algunos de estos tenderetes ha puesto en jaque todo el mercado de la calle.
Este modo de vida y de negocio es la única salida para muchas familias. Pan, propietaria de uno de estos quioscos de comida rápida callejera -en la avenida Ekkamai, cercana al centro neurálgico de Bangkok- contó a Efe que ahora no tiene espacio donde vender lo que le da los únicos ingresos capaz de generar.
Es en las ciudades donde estos puestos se suceden uno tras otro sin guardar un mínimo espacio entre ellos, de ahí que la medida busque igualmente favorecer la circulación, pero también se encuentran en carreteras entre pueblos o en lugares que para los turistas son 'el medio de la nada'. Ningún lugar es malo para sacar la sartén y ofrecer comida recién hecha o vender agua o ropa, ya sea en tierra firme o a flote en el agua.
De ahí que la norma que viene no haya sentado bien a muchos turistas que se declaran amantes de Bangkok tal y como es.
#streetfood comes in culture of #bangkok don't put a #ban on them😡 I visit #thailand every year n I love this place🙋 https://t.co/PWAj40HsxS
? Amit Umadatta (@Dattaamit11Amit) 18 de abril de 2017
La comida callejera viene en la cultura de Bangkok. No la prohíban 😡 Visito Tailandia cada año y me encanta ese lugar". (uno de los mensajes compartidos en redes sociales)