
Las encuestas indican una caída libre de Alternativa para Alemania (AfD) tras la elección de Martin Schulz como candidato del Partido Socialdemócrata (SPD). Los ultraderechistas tan sólo obtendrían un 7% de las papeletas a seis meses de unas elecciones a la cancillería en las que, si nada cambia, la pugna estará entre Angela Merkel y Martin Schulz. Es decir, el bipartidismo se refuerza y son las formaciones históricas las que ganan adeptos en detrimento de la derecha radical de AfD. Estos pronósticos son acogidos con cautela, pero con alegría, tanto por los democristianos como por los socialdemócratas, quienes ya no notan que la amenaza "ultra" sea tan tangible como a finales del año pasado.
El pasado ejercicio será recordado entre las filas del Partido Democristiano como un punto de inflexión. Tras el atentado de Berlín, el discurso de Alternativa para Alemania ganó aún más adeptos. Su pico de intención de voto se produjo el 23 de diciembre, cuando las encuestas de INSA le daban un 15,5%, su cifra más alta desde que nacieron, hace cuatro años. Ahora este 7% relega a AfD a sus estimaciones de voto más bajas desde 2015.
Con un discurso basado en la islamofobia y focalizando sus críticas en la política de acogida de Angela Merkel, los ultraderechistas de Frauke Petry han conseguido hacerse un hueco en el panorama político-mediático, aunque su popularidad está quedando mermada por el "efecto Schulz". Atrás quedan los tiempos en los que exhibían músculo en un encuentro con Le Pen, Wilders y representantes de la Liga Norte el pasado enero, impulsados por la llegada de Donald Trump a la presidencia de EEUU.
Ahora, su líder, Frauke Petry, podría estar planteándose la dimisión, según deduce la prensa alemana de unas declaraciones públicas. La semana pasada, Petry declaró en una entrevista con el periódico Der Tagesspiegel que "ni la política ni Alternativa para Alemania son mis máximas prioridades", para añadir después que "a veces hay que parar un poco y continuar con la propia vida".
A pesar de que desmintió que vaya a dejar el cargo (alegó fakenews, un calificativo que también usa Donald Trump cuando dice que la prensa se inventa noticias sobre él), su liderazgo atraviesa un momento de crisis para la formación que es imposible de ocultar. Solo la victoria de Trump dio un poco de fuerza a la ultraderecha alemana.
Una decepción
Tras esto, Geert Wilders no logró vencer en Holanda, lo que decepcionó a los de Petry. "No voy a ocultar que hubiésemos deseado un mejor resultado para el PVV y Geert Wilders", declaró a DPA.
El último zarpazo se lo han llevado en las elecciones de El Sarre del pasado 26 de marzo. Aunque AfD consiguió entrar en su undécimo parlamento, sólo obtuvo un 6% de los sufragios, lejos del 10% que le otorgaban los sondeos en la región a principios de año. Allí, los de Merkel (contra quien AfD focaliza todas sus críticas) salieron reforzados, a dos escaños de la mayoría absoluta.
Uno de los argumentos esgrimidos por Alternativa por Alemania y que más han calado entre la población para su éxito es la premisa de que, si el Estado acoge a refugiados, no va a haber dinero para mantener el estado social alemán o para subsidios destinados a los propios ciudadanos nativos. Sin embargo, las cifras desmienten este discurso, ya que no solo no se ha reducido el presupuesto destinado al gasto público, sino que en los presupuestos de 2017 éste aumentará en un 3,7%.
Para que los partidos logren entrar al Bundestag es necesario que obtengan un mínimo del 5% de las papeletas, cosa que podría obstruir el camino hacia el Parlamento a AfD si continúa con la tendencia de prolapso.
Y es que parece ser que el discurso del odio ya no seduce tanto a una población alemana que quiere tener de nuevo una Gran Coalición, ya que, haciendo caso a los últimos sondeos, ningún otro pacto sería posible, tampoco el denominado "rojo-rojo-verde" entre los socialdemócratas, la izquierda radical Die Linke y los Verdes.
A la espera de lo que ocurra en las elecciones presidenciales francesas, en las que la también ultraderechista Marine Le Pen parte de posiciones eminentes, Alternativa para Alemania continúa hacia la senda electoral con una punción que podría mermar sus esperanzas de ser el primer partido de la oposición, hecho que hasta hace poco se daba como seguro, a tenor de todas las estadísticas.