Internacional

Amor, guerra, rebeldía y aventura: la narrativa occidental en la épica de Estado Islámico

  • Los terroristas usan las fortalezas de su enemigo para someterle
  • Hollywood, los videojuegos y las grandes emociones adolescentes son sus referencias
La campaña de Estado Islámico copiada del videojuego 'Call of Duty'.

Amor, honor, guerra, aventura... Parecen los ingredientes imprescindibles para una novela épica, un gran drama de Shakespeare o un clásico de cine de  Hollywood. Aunque no solo para eso. Lejos de toda ingenuidad, los terroristas de Estado Islámico -en concreto, los expertos en la comunicación del grupo- utilizan estos mismos conceptos para construir el imaginario destinado a conquistar a miles de jóvenes occidentales.

¿Cómo es posible que la organización sea capaz, en pocas semanas, de convencer a un veinteañero europeo de que se una a una guerra a cientos de kilómetros de distancia? ¿O de impulsar a otro a cometer un atentado en solitario contra vecinos de su misma ciudad? El Ministerio de Interior español ha asegurado que un reclutamiento completo puede producirse en dos meses, desde el primer contacto hasta el ataque específico en un país occidental. Si la publicidad puede convencernos para comprar algo que no necesitamos en 20 segundos, los dos meses que se toman los islamistas para vendernos el mortífero pasaporte a la yihad se antojan, desde luego, más que suficientes. Especialmente si se apoyan en el marketing más sofisticado nunca antes desarrollado por una organización terrorista.

A diferencia de Al Qaeda, el éxito de Estado Islámico responde a su estrategia de comunicación, aprovechando todas las posibilidades que ofrece la tecnología actual. Al Hayat Media Center, su departamento audiovisual, lleva más de dos años ensamblando mensajes sencillos a través de imágenes, dando en la diana con el cauce de comunicación favorito de los milenials de Occidente. Atrás quedan los discursos político-religiosos de los líderes de Al Qaeda, en vídeos de casi media hora de duración con un plano fijo rodeado de ejemplares del Corán en una cueva de Afganistán.

Estado Islámico se vale de las ideas, imágenes y lenguaje común de los adolescentes occidentales con el objetivo de acercarse y difuminar la línea que separa a sus terroristas de los jóvenes desorientados europeos u americanos de tercera generación con raíz musulmana, que no van a las mezquitas ni leen pero son adictos a YouTube. Su épica y su imagen, por tanto, están fabricadas con piezas 'made in USA', el país al que más desprecian. La estrategia es similar a la del que se mimetiza con el enemigo para dar el golpe desde dentro de casa, empleando herramientas inventadas por el otro.

La guerra, la aventura, el honor

Los videojuegos suponen uno de los ejemplos más gráficos de este proceder. Muy arraigados en el ocio de la sociedad americana, líder mundial en convertir guerras y cacerías humanas en el entretenimiento más mundano ante una pantalla, los yihadistas copian su estilo visual, perspectivas de cámara y narrativa para envolver el terror en un halo de atracción para los más jóvenes. "El fin es hacer atractivo el terror, popularizarlo y banalizarlo", aduce Javier Lesaca, experto en terrorismo islamista e investigador en la Universidad George Washington. Videojuegos muy populares como Call of Duty o el ultraviolento GTA (Grand Theft Auto) han inspirado icónicas imágenes de EI en sus campañas de reclutamiento.

Lesaca apunta a Hollywood como la mayor inspiración de la banda terrorista, paradójicamente, dentro de esta estrategia de valerse de las fortalezas del enemigo para someterle. Así, tras presentarse la película American Sniper (El francotirador, en español), de Clint Eastwood, la productora de los yihadistas difundió una campaña titulada 'IS Sniper', copiando fotogramas concretos de la celebrada cinta.

Recuerda Lesaca que las ejecuciones y masacres perpetradas por los terroristas de Estado Islámico siguen las pautas del subgénero del gore, que remiten a filmes tan populares como la sangrienta saga Saw o el videojuego de Mortal Kombat. Este último ofrece como premio la opción de asesinar a los personajes de manera grotesca. Uno de sus vídeos se inspiró en la vanguardista estética de Sin city, película de Robert Rodríguez en blanco y negro que subraya en color elementos muy concretos de cada fotograma. En su caso, los yihadistas se decantaron por teñir de rojo la sangre de una ejecución que permanecía en un 'elegante' cuadro en blanco y negro.

La narrativa de estas historias 'made in America' gira sobre el eje de la guerra, que conduce automáticamente a conceptos como la lealtad, el honor y la lucha justificada por una causa, a la vez que establece una línea de aventura para excitar la imaginación y el hambre de vivir al límite de los adolescentes. Protagonistas ninja, hombres armados y fornidos como en las películas de acción y sexys soldados con gafas de sol estilo RayBan junto a todoterrenos acaparan los mejores planos en el mensaje audivisual de Estado Islámico.

Aventureras del amor

La idea de aventura también se empareja con la del amor. Este sentimiento es utilizado especialmente para reclutar a mujeres jóvenes, en ocasiones sin ninguna raíz musulmana. El cortejo se establece a través de las redes sociales, casi con idéntico proceder que cualquier usuario de tecnología actual, evitando toda sospecha de intereses ocultos.

La promesa de una vida excitante y llena de aventuras tras casarse con un soldado que lucha por su pueblo funciona para movilizar a adolescentes europeas sin grandes motivaciones que un día deciden abandonar su país y viajar a Siria. Fue el caso de las niñas austriacas Sabina Selimovic y Samra Kesinovic, que en 2014 huyeron al reencuentro de su 'apasionado' destino sirio. Acabaron arrepentidas y pidiendo volver, tras haber sido casadas y quedado embarazadas de los terroristas que las enamoraron. No se trata de una historia excepcional, sino de dos nombres propios entre cientos que se unieron a la yihad al baile de una estrategia que continúa siendo implementada con enorme éxito.

Entre estos conceptos que Estado Islámico ha convertido en mensajes con maestría resulta imposible no citar la rebeldía, la pulsión adolescente de separarse del resto y ser diferente. Después de todo, la protesta y la adopción de posturas menos conservadoras han sido pasto de la juventud desde que el mundo es mundo. La capacidad y disposición de rebelarse ante lo establecido -los grandes poderes que rigen el planeta, la estructura organizativa de un país, las instituciones, y los propios padres- proveen munición en estado puro a los islamistas de EI.

En un reclutamiento muy dirigido a población que aún no ha cumplido los 18 años, no debería sorprender que los terroristas utilizaran el desconcierto adolescente, la sensación de soledad y necesidad de encontrar un camino propio y diferenciado. Aquí aparece el término de "el elegido", con el que los reclutadores captan la atención de sus objetivos para hacer que se sientan especiales. Si además, el adolescente se encuentra en situación de aislamiento o discriminación, las probabilidades de dar en la diana se disparan.

Y así, a partir de unas piezas que componen una melodía extrañamente familiar, inofensivas en apariencia, Estado Islámico levanta su propia épica, como una novela que engancha a centenares de jóvenes cada día, dispuestos a dejarse convencer para embarcar en la aventura más excitante de sus vidas.

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