En un ejemplo inesperado del refrán "consejos vendo que para mí no tengo", la policía británica ha amonestado a la Jefa del Servicio Médico de Escocia, Catherine Calderwood, tras encontrarla en su segundo domicilio. En una rueda de prensa, acompañada de la primera ministra de la nación, Nicola Sturgeon, Calderwood pidió perdón e insistió en que permanecerá en su cargo pese a haber ignorado sus propias recomendaciones sanitarias y las leyes de cuarentena.
Los agentes se presentaron esta mañana en su vivienda, tras recibir denuncias de algunos vecinos que la habían visto desplazarse a su residencia de Fife por segunda semana consecutiva para pasar el fin de semana con su marido pese al confinamiento ordenado por el Gobierno. En un comunicado, la policía del municipio dijo que la había amonestado y advirtieron que, si vuelve a ocurrir, tomarían las medidas apropiadas contra ella.
Calderwood reconoció su error en público y dijo que no tenía "ninguna excusa" para haber actuado de la forma que lo hizo. "No puedo justificar mis acciones, y lo único que puedo hacer es pedir perdón sin reservas", admitió. A su lado, Sturgeon añadió que "todos cometemos errores" y confirmó que seguiría en su puesto porque "no es aconsejable cambiar la gestión en medio de una crisis", pese a que la oposición en pleno pide su dimisión por haber incumplido las normas que ella misma está fijando.
Preguntada por qué no había sido detenida o multada, como otros británicos que se han saltado el confinamiento, la primera ministra rechazó que la vara de medir fuera diferente para ella y se limitó a decir que "las decisiones de la policía les competen solo a ellos".