Internacional

El Brexit 'reinventa' Irlanda del Norte: un puente entre Reino Unido y la UE para las empresas

  • Las empresas norirlandesas tendrán acceso a la UE y a Gran Bretaña
  • Irlanda cree que será "una ventaja competitiva extraordinaria"
Foto: Dreamstime

No hay mal que por bien no venga. Irlanda del Norte votó en contra del Brexit en el referéndum de 2016, y los partidos anti-Brexit obtuvieron la mayoría en las elecciones de este último año. Pero, aunque estén descontentos con la marcha, el acuerdo de salida de la UE firmado por Reino Unido y Bruselas dejará a la provincia británica en una situación única: a caballo entre las dos zonas comerciales, con acceso total a ambas. Una ventaja comercial que puede convertir al que una vez fuera el territorio más turbulento de europa occidental en un imán para las empresas.

En el texto del acuerdo firmado en octubre por el primer ministro, Boris Johnson, Reino Unido se compromete a mantener a Irlanda del Norte en el espacio comercial europeo, manteniendo las regulaciones para bienes y alimentos, además de pagar IVA y cobrar el arancel común europeo a los productos que vengan de fuera, para que no sean necesarios los controles aduaneros en la frontera con Irlanda. Pero, a la vez, el territorio seguirá estando legalmente dentro del Reino Unido y podrá tener acceso "sin restricciones" al mercado interno británico, una demanda clave de los unionistas.

Esta situación puede actuar como imán para las empresas de ambos lados que quieran reducir los obstáculos que surjan si el acuerdo comercial entre Reino Unido y la UE acaba por no ser todo lo completo que desearían. En un encuentro con empresarios en Belfast, el viceprimer ministro irlandés, Simon Coveney, dijo que la situación de Irlanda del Norte tras el Brexit sería de "una ventaja competitiva extraordinaria", que supondría "un enorme incentivo para que las empresas irlandesas se muden al norte".

La misma situación podría producirse en sentido inverso. La semana pasada, la Comisión Europea explicó que las empresas británicas con "una presencia significativa" en Irlanda del Norte tendrían que respetar gran parte de la legislación europea, aunque no hubiera un acuerdo comercial con Reino Unido. Esto podría crear dos grupos diferenciados de empresas británicas: las obligadas a cumplir la ley europea, con una gran libertad para comerciar con el continente; y las que no, con el riesgo de sufrir aranceles o cuotas si quieren exportar.

Aun así, todo dependerá del acuerdo comercial que se firme a lo largo de este año, si se cumple el calendario de Johnson. Cuanto más ate a Reino Unido al espacio europeo, menor será la ventaja del territorio. Pero si Gran Bretaña insiste en separarse de Bruselas al máximo, Irlanda del Norte puede acabar convertida en un imán para las empresas que quieran libertad para comerciar con ambos. "Si nos va bien, Escocia va a querer lo mismo", temen en la administración de la provincia.

Vuelve el Gobierno autonómico

Para manejar los cambios que se avecinan, el Gobierno británico logró este mes que, tras tres años de ruptura y parálisis desde las últimas elecciones autonómicas, los dos principales partidos -y enemigos- norirlandeses, los unionistas del DUP y los republicanos del Sinn Féin, aceptaran volver a formar un Ejecutivo autonómico de gran coalición.

Entre las concesiones de Londres para convencer a ambos bandos de que volvieran a sentarse, Johnson puso negro sobre blanco su compromiso de que las empresas norirlandesas tendrán, por ley, acceso sin restricciones al mercado del resto del país. Una promesa más importante de lo que parece, porque apenas horas antes el Partido Conservador había tumbado una enmienda a la ley del Brexit que decía exactamente lo mismo.

Pero en un territorio tan conflictivo, el riesgo de que el Brexit encienda heridas históricas y regrese la violencia sigue encima de la mesa. Una hipótesis nada favorable para la llegada de empresas a la provincia. Sin embargo, lo contrario también es posible: con unionistas y republicanos descontentos por igual, y con una legislación a medio caballo entre Irlanda y Reino Unido, la provincia puede acabar abrazando su estatus como algo diferente a los dos países que han marcado su identidad. Por el momento, el principal partido que no se declara ni unionista ni proirlandés, la Alianza, ha conseguido en 2019 los mejores resultados electorales de su historia, con un 17% y una subida de 9 puntos en las generales de diciembre. Algo se está moviendo en Irlanda del Norte, y su nueva posición comercial puede traer muchos cambios.

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