
La voluntad de una turista por obtener una foto de recuerdo en el Gran Cañón del Colorado estuvo a punto de costarle muy cara. Un vídeo recoge cómo, en el momento de hacerle una instantánea en el borde de un acantilado, su hija trastabilló y salvó una caída fatal en el último momento.
La secuencia es la siguiente: Erin Koford le pide a su hija Emily una fotografía en el borde de un desfiladero. La joven, de 20 años, retrocede unos pasos con el teléfono móvil en la mano, dispuesta a hacer el mejor encuadre. En uno de esos movimientos, cede con la arista de la roca y trastabilla. Solo una gran muestra de reflejos, con la otra mano libre, le evita caer de manera fatal, lo que le habría ocasionado la muerte de manera inevitable.
"Fue una sensación realmente aterradora. Tan pronto como supe que estaba bien, me enfadé mucho porque lo había hecho. Entonces, subí y la agarré y le dije, 'me asustaste hasta la muerte, Emily", ha declarado Erin al medio ABC15.
La reacción de la madre deja clara la tensión del momento: una reprimenda instantánea, fruto de los nervios y del susto. Por fortuna, una anécdota que no fue a mayores y que, seguro, pondrá sobre aviso a las dos protagonistas cuando quieran atreverse demasiado