
La Covid-19 ha creado desafíos sin precedentes para los sistemas de salud y específicamente los servicios de cáncer. La crisis sanitaria ha sido una bomba atómica no solo para la industria oncológica, sino también para la sociedad en su conjunto. Las penurias infligidas por esta pandemia se seguirán sintiendo durante mucho tiempo. Los centros oncológicos han tenido que ajustar las vías de atención rápidamente; reasignar recursos para tratar con pacientes con coronavirus, trasladar los servicios de atención oncológica de los hospitales a entornos comunitarios, monitorear y comunicarse con los pacientes de forma remota en lugar de cara a cara y, a menudo, ajustar las vías de tratamiento para reflejar los nuevos riesgos a los que se enfrentan sus pacientes.

El diagnóstico de cáncer se ha visto muy afectado por los servicios de detección en suspenso, menos derivaciones a atención especializada y una vacilación de la población en general para acudir a los controles que normalmente detectarían posibles signos y síntomas de advertencia. Los sistemas de atención médica han tenido que innovar y adaptarse a un ritmo rápido y hoy, más que nunca han aprendido que es muy importante que los sistemas de salud recopilen datos sobre eficacia, costes y satisfacción de los pacientes para que se puedan adoptar, a través de esa información, nuevos modelos de atención que integren la telesalud.
Según el informe de la Sociedad Española de Oncología Médica "Las cifras del cáncer en España", el cáncer sigue constituyendo una de las principales causas de morbi-mortalidad del mundo. La International Agency for Research on Cancer estimó que en el año 2018 se diagnosticaron unos 18,1 millones de cánceres en el mundo. La misma agencia ha estimado que en el año 2020 se diagnosticaron aproximadamente 19,3 millones de casos nuevos en el mundo (últimos datos disponibles a nivel mundial estimados dentro del proyecto GLOBO-CAN).
Además, los cánceres más frecuentes diagnosticados en España en 2021 en hombres serán los de próstata (35.764 nuevos casos), colorrectal (25.678), pulmón (21.578) y vejiga (16.578). A mucha distancia, les siguen los cánceres de cavidad oral y faringe (5.725), hígado (5.039), riñón (5.003), los linfomas no Hodgkin (4,897) y los cánceres de páncreas (4.571) y estómago (4.506). Datos europeos recientes sugieren que los resultados de nuestro país son similares a los de países de nuestro entorno, aunque en Europa las estimaciones indican que la mortalidad por cáncer de pulmón en mujeres es superior a la mortalidad por cáncer de mama desde 2016 (fenómeno todavía no observado en España).

Así pues, la innovación en el desarrollo de fármacos oncológicos está impulsando un desarrollo más eficiente y eficaz de nuevos tratamientos contra el cáncer. Esta innovación está proporcionando a los pacientes con cáncer un acceso sin precedentes a nuevas terapias.
Los centros oncológicos han tenido que ajustar las vías de atención rápidamente y reasignar recursos para tratar con pacientes con coronavirus
La Covid-19 ha forzado la innovación y es probable que algunos de estos cambios se mantengan después de la pandemia. Los sistemas de salud han demostrado que pueden adoptar nuevas tecnologías al ritmo, lo que podría sentar un precedente para escenarios futuros.
Existe un amplio margen para que la industria farmacéutica apoye aún más a los sistemas sanitarios locales con la evolución y el perfeccionamiento de nuevos servicios; ya sea en términos de proporcionar formación y materiales educativos, recopilación y análisis de datos, financiación o apoyo con la adaptación e implementación de las vías de atención del cáncer. Sin mencionar continuar invirtiendo avances terapéuticos para impulsar la calidad en la atención y los resultados futuros del cáncer.

Con el desarrollo de las terapias dirigidas llegó la era de la medicina de precisión en oncología. Este modelo médico implica identificar las lesiones moleculares que están presentes en un tumor y luego seleccionar los tratamientos que se dirigen específicamente a estas lesiones. De hecho, incorporar la Inteligencia Artificial en el desarrollo de nuevos medicamentos está reduciendo el tiempo y los costes en el desarrollo de nuevos fármacos. El surgimiento de la crisis del coronavirus ha catalizado rápidos cambios de paradigma en toda la medicina.