
El Gobierno foral prevé licitar a lo largo de este año las obras para la construcción de la segunda fase del Canal de Navarra. El proyecto, que cuenta con la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) y del que se han publicado las adendas y las modificaciones de las expropiaciones, se encuentra a la espera de conocer si el Banco Europeo de Inversiones (BEI) concede un préstamo por 230 millones de euros (de los 300 presupuestados en total) solicitado por el Ejecutivo central y autonómico, a través de la empresa pública Canasa, para iniciar los trabajos que permitirán convertirlo en realidad.
Sin embargo, el inminente inicio de las obras ha levantado las críticas de los agricultores beneficiarios de la primera fase, que consideran que no habrá suficiente agua para poner en riego 21.522 hectáreas y abastecer a 80.000 personas, tal y como contempla la actuación.
Desde la Comunidad de Regantes del Canal aseguran que sus afirmaciones se fundamentan en recientes estimaciones realizadas por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), según las cuales en los próximos años se reducirán las precipitaciones en toda la demarcación, lo que provocará que el agua para riego disponible en el embalse de Itoiz pase de los 340 hectómetros cúbicos previstos en 1990, fecha en la que se diseñó el proyecto, a 270 hectómetros cúbicos, es decir, un 25% menos. Por este motivo, defienden la necesidad de limitar la extensión del regadío a 17.000 hectáreas.
Los futuros usuarios de la Ribera se muestran contrarios a esta postura. Las comunidades de regantes, ayuntamientos, asociaciones empresariales y agentes sociales de la zona han publicado un manifiesto conjunto en el que califican al Canal de Navarra como una "obra clave" para los regantes y también para mejorar la disponibilidad de agua, aliviando la presión sobre otros canales. Asimismo, recuerdan que la ejecución de esta infraestructura se encuentra contemplada en los planes hidrológicos de la Confederación Hidrográfica del Ebro.
El Gobierno foral, por su parte, afirma que el proyecto es viable. Para asegurar la disponibilidad de agua, propone ajustar la dotación a los consumos reales de las parcelas alegando que, según datos de Canasa, el consumo medio registrado durante los últimos años en las 27.614 hectáreas regables del Canal se sitúa en torno a los 4.250 metros cúbicos por hectárea, un volumen muy inferior al de la concesión oficial que se sitúa en 6.400 m3/ha.
Riego agrícola para 59.000 hectáreas
La segunda fase del Canal contempla construir una conducción de unos 70 kilómetros de longitud que parta del canal situado en la localidad de Pitillas y finalice en el municipio de Ablitas, incluyendo un ramal para regar la zona del río Alhama. El proyecto también prevé ejecutar once tomas a lo largo del trazado y construir dos balsas de regulación, una en Pitillas y otra en el entorno de Montes del Cierzo (Tudela).
El objetivo final es dar suministro a más de 59.000 hectáreas, además de ofrecer abastecimiento urbano e industrial de más de 350.000 habitantes, el 60% de la población navarra.