
La tecnológica Ocean Ecostructures ha ganado su mayor contrato de regeneración de la vida marina. La startup con sede en Barcelona ha sido seleccionada para aportar su solución única de arrecifes artificiales a la Princess Elisabeth Island, la infraestructura civil de mayor envergadura realizada jamás en alta mar, equivalente a doce campos de fútbol.
Se trata de la primera isla energética del mundo. Estará ubicada en el Mar del Norte, a 45 kilómetros de la costa de Bélgica, y operará como punto de interconexión de los parques eólicos marinos de la zona. En total, tendrá una capacidad de 3,5 gigavatios (GW).
Su construcción ya ha empezado y se prevé que esté operativa en el verano de 2026. El proyecto está desarrollado por el operador belga de sistemas de transmisión Elia, mientras que su diseño y edificación corren a cargo de TM Edison, joint venture de las constructoras DEME Group y Jan De Nul Group.
"Este contrato supone para nosotros un gran reto. Hemos trabajado durante más de un año para desarrollar un formato adaptado a las condiciones extremas que imperan en el mar del Norte", ha afirmado Ignasi Ferrer, cofundador y consejero delegado de la compañía.
Arrecifes... y robots
En una primera fase, la adjudicación valorada en 1,2 millones de euros incluye la instalación de 500 unidades de biorregeneración --conocidas como Life Boosting Units (LBU's)-- en los cimientos de hormigón del complejo. En una segunda fase, Ocean Ecoestructures planea desplegar más unidades en la construcción.
Estos elementos mimetizan las cualidades de los arrecifes naturales para fomentar la diversidad de la flora y fauna subacuáticas. La tecnología se complementa con la robótica para la monitorización de resultados y la digitalización para permitir el seguimiento en tiempo real de los procesos de regeneración.
165 unidades en España
Fundada en 2021 por Ferrer, Mireia de Mas y Anna Lloveras, Ocean Ecostructures ya ha instalado más de 165 unidades en España desde su nacimiento y prevé doblar este número en los próximos meses. Su objetivo es transformar 20.000 infraestructuras marinas en oasis azules de aquí al año 2030.
Hasta la fecha se ha especializado en entornos portuarios, como el de Barcelona y Tarragona, pero el proyecto del Mar del Norte abre las puertas al grupo para entrar en el sector energético.