Infraestructuras y Servicios

Objetivo 2030: la contrarreloj para la electrificación de los puertos

  • Se estima que la electrificación de los puertos supondrá un coste aproximado de 500 millones de euros, mientras que garantizar la descarbonización del sector podría multiplicar por nueve esta cifra, hasta los 4.500 millones de euros.
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Los puertos españoles se preparan para una revolución verde con la meta de electrificar el 100% de sus operaciones para 2030. La implementación de sistemas Onshore Power Supply (OPS) permitirá a los barcos conectarse a la red eléctrica terrestre, eliminando la dependencia de motores auxiliares y reduciendo significativamente las emisiones de CO2 y la contaminación acústica.

"Uno de los retos más importantes es el poco plazo que hay para poder poner en marcha todo este despliegue de infraestructuras que van a hacer falta. A día de hoy en España, la red de electrificación portuaria es prácticamente inexistente", explica Sara Blanco, responsable de consultoría de Ocean Capital Partners.

La legislación europea exige una reducción drástica de las emisiones de gases contaminantes, y los puertos, como grandes nodos logísticos, están en el punto de mira. Así, la electrificación de los puertos implica cambiar la fuente de energía utilizada en las operaciones portuarias de combustibles fósiles, como el diésel, a electricidad.

Uno de los desafíos principales es la necesidad de duplicar la potencia eléctrica actual para satisfacer la demanda de los buques y las operaciones portuarias. Esto implica una inversión significativa en infraestructura eléctrica, como subestaciones, cables y transformadores. Además, se deben considerar los costes de adaptación de los buques para que puedan conectarse a la red eléctrica en lugar de utilizar combustibles tradicionales. La firma portuaria Ocean Capital Partners estima que la transición energética en los puertos requerirá una inversión de más de 4.500 millones de euros.

Sus cifras contemplan que la reducción de la huella de carbono en un 50% respecto a 2019 implicará la instalación de aproximadamente 300 megavatios (MW) de energías renovables, lo que requerirá una inversión de casi 300 millones de euros. Además, la adaptación del suministro eléctrico a buques conforme a la normativa europea (OPS) demandará una inversión de aproximadamente 450 millones de euros para todos los puertos nacionales. La producción de biocombustibles para el consumo de buques, incluyendo metanol, etanol e hidrógeno, representa la partida más significativa. Según las estimaciones de OPS, considerando que el 10% del consumo actual se produce en España, las inversiones necesarias alcanzarían los 4.000 millones de euros.

En este punto es importante recordar que el sistema portuario tiene un esquema de explotación público-privado, donde el sector público proporciona la infraestructura básica y la prestación de los servicios comerciales y portuarios es desarrollada por la iniciativa privada. "En este contexto, se estima que la inversión pública y privada en OPS superará los 500 millones de euros de aquí a 2030", explican desde Puertos del Estado.

A pesar de los desafíos que presenta la normativa europea, como la necesidad de una inversión inicial significativa y la construcción de infraestructuras de última milla, la electrificación portuaria ofrece una oportunidad única para mejorar la sostenibilidad y competitividad de la red portuaria española.

Beneficios Ambientales y Económicos:

La transición a la energía eléctrica reducirá la dependencia de los motores auxiliares de los barcos, disminuyendo así la contaminación acústica y vibraciones. Se estima una reducción de emisiones del 65% con el actual mix energético de España.

A pesar de los retos como la gran inversión inicial y la necesidad de construir infraestructuras eléctricas, la electrificación ofrece una oportunidad para la modernización y desarrollo sostenible de los puertos españoles.

Puertos del Estado ha establecido una vía de diálogo abierto y fluido con el Ministerio de Transición Energética, Red Eléctrica, CNMC, distribuidoras, comercializadoras para desarrollar las infraestructuras eléctricas de transporte y distribución que necesitan los puertos. El objetivo de la entidad pública es que los puertos de titularidad estatal estén preparados en 2030 para suministrar energía eléctrica al menos a los barcos portacontenedores y de pasaje -cruceros y ferries-, según se fija en el citado Reglamento AFIR de la Unión Europea.

Para ello, es fundamental el compromiso de los distintos sectores con una fuerte implicación del sector privado. "Desde el plano público, estamos incorporando en los planes de inversiones de las Autoridades Portuarias los proyectos de desarrollo de infraestructuras básicas, con ayuda en muchos casos de fondos europeos disponibles. Además, se está trabajando para fijar un marco de condiciones que faciliten a las empresas prestadoras del servicio la rentabilización de sus propias inversiones, también con posibilidad de acogerse a financiación europea", explican desde el organismo estatal.

"Sin la ayuda de la administración pública, será muy difícil que los puertos y las empresas privadas asuman todos los costes de esta transición. Se necesitan subvenciones, incentivos fiscales y, sobre todo, una planificación a largo plazo que garantice la sostenibilidad de las inversiones", sentencia Blanco.

A pesar de las dificultades, ya hay proyectos piloto que están mostrando resultados prometedores. "En OCP estamos colaborando en varios proyectos a lo largo de la costa mediterránea, donde estamos implementando soluciones de electrificación en puertos medianos. Los resultados iniciales son alentadores, pero aún queda mucho por hacer", explica la consultora. Estos proyectos están siendo fundamentales para entender mejor las necesidades técnicas y económicas de la electrificación portuaria.

Un ejemplo de ello es el ambicioso plan del Puerto de Barcelona, llamado Nexigen, para desarrollar la electrificación de muelles y suministrar energía eléctrica de origen renovable a los buques. El objetivo principal de Nexigen es reducir las emisiones en un 50% para 2030 y alcanzar la neutralidad en emisiones para 2050. Este proyecto implica una inversión de 130 millones de euros

Para la implementación de éste se requiere la construcción de una nueva subestación portuaria de 220/25 kV dentro del Puerto de Barcelona, que se conectará a la Subestación Cerdà de Red Eléctrica Española (REE/redeia), actualmente en construcción. Desde esta subestación portuaria se desarrollará una red inteligente de media tensión que alcanzará todos los muelles del puerto.

También la Autoridad Portuaria de València (APV) inicio hace un año el proceso de adjudicación del proyecto de instalación de conexión eléctrica a buques en el muelle Transversal de Costa-MSC, que conllevará una inversión de unos 12,5 millones de euros. La obra para proporcionar suministro eléctrico a los buques (OPS, Onshore Power Supply) se desarrollará paralelamente a la construcción de la subestación eléctrica, que ya está en marcha y que proporcionará energía verde a los barcos.

La electrificación de los puertos es solo una pieza del puzzle en la transición hacia una movilidad marítima más sostenible. Así, Blanco señala que, al mismo tiempo, "se está viendo un aumento en la investigación y desarrollo de combustibles alternativos, como el hidrógeno y el amoníaco, que podrían complementar las soluciones eléctricas". Estos desarrollos son cruciales para reducir aún más la huella de carbono del sector marítimo.

Las Autoridades Portuarias, y organismo gestor, están actuando en principio como facilitadoras del desarrollo de actividades de producción y de logística de combustibles sintéticos y biocombustibles.

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