Infraestructuras y Servicios

Mónica Mulero: "Los vertidos de hidrocarburos se han reducido casi un 20% en los últimos tres años"

  • La directora de Operaciones de Salvamento Marítimo explica la labor que realiza la sociedad para minimizar el impacto ambiental de la contaminación que se produce en el medio marino
  • Sasemar vigila cada día el equivalente a casi 1,5 veces el territorio de España
  • Además de descargas ilícitas de hidrocarburos, también se rastrean plásticos o contaminación atmosférica
Mónica Mulero, directora de Operaciones de Salvamento Marítimo

Por aire, desde tierra y, por supuesto, en el mar. Salvamento Marítimo pelea contra la contaminación de las aguas persiguiendo y evitando descargas ilícitas de buques e instalaciones mediante una compleja red de sistemas de detección y seguimiento con el fin de minimizar del impacto de los vertidos. Mónica Mulero, su directora de Operaciones, coordina estas actuaciones cada vez más eficientes gracias a la tecnología.

Salvamento Marítimo se encuentra a la vanguardia en la lucha contra la contaminación en las aguas españolas. ¿Qué avances se han producido durante los últimos años?

Destacaría sobre todo los avances en vigilancia ambiental, que es fundamental como medida preventiva. Hoy contamos con diferentes plataformas que permiten vigilar de manera continua: aviones, satélites, drones dotados con sensores específicos para identificar contaminación y soluciones de inteligencia artificial. También hemos ampliado nuestra labor a otro tipo de vigilancias. Tradicionalmente, empezamos rastreando descargas ilícitas de hidrocarburos (las producidas cuando un barco lava los tanques o las sentinas mientras va navegando y descarga esa agua al mar para evitar tener que hacer esa gestión al llegar al puerto), pero ahora también lo hacemos con los plásticos o contaminación atmosférica, entre otros.

¿Cómo está ayudando la incorporación de nuevas herramientas, como las utilizadas en el proyecto iSAR? ¿En qué consiste este programa?

El proyecto facilita la identificación de los vertidos de hidrocarburos y otras sustancias contaminantes sobre la superficie del mar y permite la detección de atmósferas nocivas y peligrosas. Lo llamamos innovación integral en salvamento porque combina muchas tecnologías, revelándose como un avance pionero a nivel mundial.

iSAR es un proyecto de 18 millones de euros financiado por la Unión Europea y tiene tres ejes. El primero nos ayuda a observar más y mejor el mar con comunicaciones satelitales que se están desplegando a nivel mundial y que están empezando a ser un elemento clave (las comunicaciones de baja órbita LEO). Esto nos permite tener ojos en el mar.

El otro eje tiene que ver con las plataformas. Si lo anterior supone tener más ojos, esto permite contar con más musculo; poder vigilar con drones volando durante muchas horas para rastrear mejor. El tercer eje son las comunicaciones cruzadas entre todos; tener programas que nos permitan coordinarnos mejor.

¿En qué otras tecnologías se apoya Salvamento Marítimo?

Contamos con tecnología específica instalada en los aviones que permite localizar vertidos en el mar. También, con otros programas como el de predicción de derivas que utilizamos si hay un vertido para prever hacia dónde va a derivar y cuál va a ser su incidencia. Asimismo, trabajamos con laboratorios de análisis de muestras específicas que detectan quién ha sido el culpable del vertido. Por otro lado, los drones miden la contaminación atmosférica de los buques, y aviones con sensores específicos detectan la contaminación.

¿Colaboran con organizaciones extranjeras como Sasemar?, ¿hay proyectos de coordinación en el ámbito medioambiental?

Tenemos acuerdos bilaterales y multilaterales con todos los países vecinos y presencia activa en los organismos internacionales como la Agencia Marítima Europea o la Organización Marítima Internacional de la ONU.

Compartir información y conocimiento es fundamental, así como colaborar en proyectos concretos como simulacros para conocer las capacidades de cada agente. De esta forma, ante emergencias en zonas compartidas se puede actuar de forma coordinada.

También compartimos información entre administraciones marítimas, cuando detectamos una descarga ilegal que se dirige hacia un puerto extranjero; informamos al país para que cuando llegue el buque puedan hacerle una inspección y, en su caso, imponerle una sanción.

Cuándo se detecta una contaminación, ¿qué medidas se aplican para coordinar la operativa?

Para evitar descargas ilícitas lo fundamental es la vigilancia. Si los barcos se saben vigilados, disminuye la tentación de cometer un delito.

Cuando detectamos una contaminación, recopilamos evidencias de lo ocurrido, enviamos un avión o un helicóptero para confirmarlo, tomamos muestras del vertido del mar y a bordo y, si entendemos que hay posibilidad de que el vertido sea ilegal, enviamos la información a la autoridad marítima, que es la Dirección General de Marina Mercante. Este organismo, si así lo considera, abre un expediente e impone una sanción.

¿Qué superficie marina se vigila diariamente y cuántas actuaciones de protección medioambiental se atienden?

En 2022, vigilamos 180.000 barcos en una superficie marítima de más de 260 millones de km2, lo que equivaldría a vigilar cada día casi 1,5 veces el territorio de España. En el mismo año se iniciaron 400 actuaciones de carácter ambiental generadas por hundimientos de buques, colisiones, incendios o vertidos procedentes de barcos o plataformas.

Hasta hace unos años, la fuente principal de contaminación de los océanos la constituían los vertidos, accidentales o no, de hidrocarburos procedentes de los buques. ¿Qué medidas se han implantado para prevenirlos?

Estos vertidos se han recortado notablemente; en los últimos tres años hemos detectado un descenso de entre el 15% y el 20%, lo que demuestra que los programas preventivos de vigilancia funcionan. En cuanto a los grandes accidentes, en la década de los 90 se registraban una media de ocho anuales y, en la actualidad, sólo uno. Respecto a las basuras marinas, que es lo que hoy en día más detectamos, nosotros no contamos con datos.

De hecho, me atrevería a decir que casi nadie cuenta con ellos, porque es muy difícil contabilizar e identificar los diferentes residuos. Este es el nuevo reto que enfrentamos, aunque es cierto que tiene más que ver con el trabajo en tierra: el 80% de las basuras proceden de allí. Plásticos, hidrocarburos, redes de pesca, etc. En este sentido, las medidas deben pasar por la legislación y las inversiones en infraestructuras en tierra.

¿Cómo se ha logrado recortar hasta un 20% la ratio de vertidos?

Básicamente, gracias a la mejora de la seguridad. Cuanto más seguros sean los barcos, menos accidentes tendrán. Después del Prestige, o incluso antes, a partir del Erika, se empezaron a adoptar medidas para reducir o eliminar los petroleros monocasco, implantando el doble casco. También se apostó por más inspecciones, se alejó el dispositivo de separación de tráfico de Galicia de la costa…

Por último, el hecho de que los puertos españoles cobren una tarifa única por los residuos es muy relevante para reducir la contaminación en el mar, no siendo además una medida común a todos los países.

¿Cómo impactó el hundimiento del Prestige en la labor que desarrolla Salvamento Marítimo?

Fue un impulso tremendo. Primero, ampliamos los medios y recursos: justo después, adquirimos tres aviones, remolcadores, equipos de recogida de contaminantes en la mar, contratamos a personal técnico, etc. En definitiva, nos permitió dotarnos de medios para responder a otra emergencia, pero también para prevenirla, algo muy relevante porque en estos años podríamos haber vivido más prestiges.

Lo cierto es que aprendimos también mucho. Se consiguieron grandes logros técnicos que pasaron desapercibidos y que se desconocen. Por ejemplo, en primer lugar, hasta ese momento, fue la emergencia en la que más hidrocarburo se consiguió recoger directamente en el mar, evitando que llegara todavía más a tierra, gracias a la movilización de todos los barcos recogedores disponibles en Europa. Esta medida también permitió que gran parte de lo recogido en la mar se pudiera reciclar directamente en refinería, generando menos residuos.

En segundo lugar, se compraron todos los equipos de contención que había en el mercado mundial. Por último, destacaría sin lugar a dudas la actuación tremendamente innovadora que se realizó sobre el pecio hundido a 3.000 metros de profundidad para evitar que siguiera vertiendo. Se diseñaron nuevos equipos para trabajar a esa profundidad capaces de recoger el hidrocarburo y encapsularlo para conducirlo después a la refinería.

Con todas estas medidas, se recogieron directamente en la mar 15.000 toneladas de hidrocarburo, y los pesqueros en colaboración con las Comunidades Autónomas, otras 34.000 toneladas. En la costa se recogieron en torno a unas 55.000.

La contaminación por plásticos se ha convertido en la gran amenaza para los mares. Salvamento Marítimo ha sido pionero en visualizar pequeñas concentraciones de plásticos en la mar desde los aviones. ¿En qué consiste esta forma de búsqueda y qué tipo de plásticos puede detectar?

El trabajo de vigilancia de plásticos es más visual y hemos tenido que rediseñar los protocolos aplicados sobre los hidrocarburos. El servicio aéreo ha adaptado la altura de vuelo y las velocidades, y en este ámbito se opera también con drones. Por ellos pasa el futuro de estos operativos. Asimismo, valoramos incorporar en algunas de nuestras embarcaciones sistemas de recogida de plásticos o identificar zonas en las que barcos autónomos puedan realizar este proceso. Por ahora existen algunas iniciativas, pero hay que diseñarlas correctamente.

Para garantizar un desarrollo sostenible es fundamental la descarbonización. ¿Cuál es la estrategia de Sasemar en este sentido?

Estamos ante un sector muy dependiente de los combustibles fósiles, aunque los objetivos son muy ambiciosos. La Unión Europea y la Organización Marítima Internacional han establecido el objetivo de cero emisiones netas en 2050. Esto, partiendo de que el sector es dependiente prácticamente en su totalidad de combustibles fósiles, trae de la mano la necesidad de innovar en nuevos combustibles, motores, diseños de barcos, etcétera.

Estamos ante un momento disruptivo y nosotros, como armador público y organismo dedicado a la preservación del medio ambiente, debemos ser ejemplares. Por eso trabajamos ya en la reducción de emisiones en puerto y en la incorporación de medidas de eficiencia energética en los nuevos remolcadores.

En cualquier caso, hay que tener en cuenta que el barco es el medio de transporte más sostenible por tonelada transportada. La mitad de las mercancías del mundo se transportan gracias a ellos, y su actividad sólo supone el 13% de las emisiones de todo el sector del transporte. Si lo mides por tonelada de mercancías transportada, el nivel de emisiones es bajo como comentaba, pero como la cantidad total de mercancías es enorme, el impacto del sector en todas las emisiones globales no es despreciable, supone el 3%. Reducir este porcentaje todavía más es un gran reto ya que partimos de un sector muy eficiente.

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