La industria es el motor de crecimiento y prosperidad, gracias a su capacidad para generar empleo de calidad, generar un efecto de arrastre en otros sectores productivos y elemento clave de la competitividad en el país. Estos argumentos forman parte del informe que ayer presentó la Confederación Española de Organizaciones Empresarial (CEOE) en la comisión de industria del Congreso de los Diputados.
En el mismo acto, la secretaria general de CEOE, Ana Plaza, incidió en la necesidad de consensuar un acuerdo de alcance nacional para reforzar la industria de nuestro país. Acto seguido desgranó las conclusiones de un estudio en el que se pone de relieve el peso de la industria manufacturera en los países más avanzados en las últimas décadas debido a la deslocalización de la producción hacia otros mercados.
Según se desprende del informe La industria, motor de crecimiento, el sector manufacturero en nuestro país representa el 14% del PIB, un porcentaje que ha crecido desde los mínimos de los años de crisis económica. No obstante, la patronal recuerda que aún "hacen falta más esfuerzos para la consecución del objetivo de la Comisión Europea de alcanzar el 20% de la industria manufacturera en el PIB en el horizonte de 2020. Los mismos responsables del informe también inciden en que por cada euro destinado en manufactura se incrementa el valor de la producción del conjunto de la economía en 3,11 euros.
Entre otras magnitudes, el trabajo promovido por la CEOE desvela que la remuneración por asalariado en el sector de las manufacturas, de 38.600 euros de media en España en 2016, ha sido superior a la media del conjunto de la economía (35.100 euros), ampliándose esta diferencia en los diez últimos años.
Asimismo, la productividad por empleado se ha incrementado el 61,3% entre 1995 y 2016 mientras que este aumento en la economía apenas alcanzó el 18,7% en el mismo periodo de referencia.
La patronal invita a todos los agentes sociales y productivos a considerar la industria manufacturera como una de los grandes dinamizadores de la economía, algo que no sólo depende del sector financiero o de servicios.
En el mismo informe se señalan los nueve desafíos prioritarios en los que debe incidir el conjunto de la sociedad y el tejido productivo: lograr un precio competitivo de la energía para las actividades industriales; desarrollar medidas infraestructuras y medidas regulatorias que incrementen las capacidades del transporte; promover la internacionalización de las empresas españolas; estimular la inversión en innovación; impulsar la formación; desarrollar un marco regulatorio que evite la inseguridad jurídica; fomentar el redimensionamiento empresarial; coordinar las diferentes políticas fiscales y apostar por una economía circular.