Portobello Capital arranca las desinversiones de su primer fondo secundario. La primera en salir al mercado ha sido Grupo Uno CTC, compañía especializada en logísitica y externalización de servicios, que pondrá a la venta de forma oficial en los próximos días. Esta empresa está valorada en una horquilla de entre 160 y 180 millones de euros, según han explicado fuentes financieras a elEconomista.
La estrategia del fondo pasaba por lanzar este proceso a finales del año pasado de cara a que la operación estuviera cerrada en los primeros meses de este año y cumplir así con los plazos fijados con los inversores de Portobello. Sin embargo, la situación política de Cataluña -de donde dependen el 40% de sus ventas- provocó que el fondo decidiera posponer la transacción unos meses, ya que tenían margen por los buenos números de la compañía. El pasado año, Grupo Uno CTC cerró con una facturación cercana a los 200 millones de euros y un resultado bruto de explotación (ebitda) de 13 millones, que previsiblemente llegará a los 15 millones a lo largo de este ejercicio.
El proceso -que está siendo coordinado por Deloitte desde su oficina de Barcelona- ya ha despertado el interés de varios grupos industriales, que esperan cerrar la transacción antes de verano.
Trayectoria
Desde su creación, Grupo Uno CTC ha pasado por las manos de varios fondos españoles. El primero fue en 2006, cuando Ibersuizas compró la compañía madrileña Stock Uno a Espiga Capital -la gestora de Caja Rural-. Posteriormente, cuando Íñigo Sánchez-Asiaín, Juan Luis Ramírez, Ramón Cerdeiras y Luis Peñarrocha se marcharon de Ibersuizas para fundar Portobello Capital junto a Fernando Chinchurreta, se trajeron consigo esta participada. Durante este tiempo, la firma realizó varias adquisiciones hasta fusionarse en 2013 con la catalana CTC Externalización -en manos de Suma Capital-, creando el gigante de la externalización de servicios y logística.
En 2015, Portobello protagonizó la primera operación de mercado secundario a gran escala de España, por la que traspasó sus participadas heredadas de Ibersuizas -entre las que figuraba Grupo Uno CTC- a un nuevo vehículo con varios de sus inversores tradicionales, liderados por Harbour Vest, obteniendo retornos de su segundo fondo para sus inversores y pudiendo aprovechar el tirón de la economía española para hacer crecer más estas participadas, que seguirían estando bajo su gestión.