Industria

Del martillo al ordenador: la industria estadounidense necesita trabajadores más cualificados

Foto: Archivo

"La caja de herramientas es ahora un ordenador", apunta Andy Winnett, de la fabricante de tractores John Deere. Sus declaraciones plasman una realidad que preocupa a la industria estadounidense: los trabajadores no están suficientemente cualificados para las obligaciones que deben desempeñar. La formación profesional se hace cada vez más imprescindible.

La constante automatización de las diferentes industrias están provocando un cambio en el perfil que las empresas demandan. Ya no se trata del trabajador sin formación que entra de aprendiz en la industria y se forma en el puesto desde cero, ahora los conocimientos exigidos son cada vez mayores. E incluso en ocasiones un título universitario es insuficiente por no estar suficientemente orientado a la práctica.

La National Skills Coalition calcula que en el 54% de los empleos del país es necesario tener una formación más allá del instituto pero inferior a un título universitario. Sin embargo, sólo el 44% de los trabajadores estadounidenses cumplen esa condición. "Millones de otros americanos podrían ser candidatos para esos empleos si fueran capaces de acceder a una educación para adultos de alta calidad para remediar su falta de habilidades", indican.

Algunas grandes compañías, como la propia John Deere, ofrecen programas formativos para estudiantes y recién licenciados, para campos que varían desde la ingeniería a la contabilidad o el marketing. Por su parte, en su planta de Charlotte, Siemens ha optado por crear un programa mixto de trabajo y un grado de mecatrónica en un centro asociado, de forma que los beneficiarios concluyan su formación sin préstamos estudiantiles y con una nómina superior a los 50.000 dólares anuales.

El Departamento de Trabajo estadounidense recoge un total de 21.000 programas para aprendices con cerca de medio millón de personas cursándolos, tan sólo el 1,5% de la población del país entre los 18 y los 24 años. Pero ambas cifras van en aumento en los últimos años.

El que fuera secretario de Trabajo con Obama, Thomas Perez, apuntó en 2015 que este sistema de aprendices "es otra universidad, salvo que sin la deuda". Por ello, la administración del ya expresidente dedicó 175 millones en subvenciones para este concepto, el mayor de la historia del país a nivel federal.

Por su parte, el estado de Colorado logró donaciones por valor de 9,5 millones de dólares de Bloomberg Philanthropies y JPMorgan Chase para que 20.000 estudiantes puedan formarse desde el instituto en en cuestiones como servicios financieros, el sector sanitario o el manufacturero.

Y es que los expertos consideran fundamental que el acercamiento al mundo laboral comience en el instituto para evitar que aquellos que no accedan a la universidad se encuentren con el vacío que supone carecer de las capacidades necesarias para acceder a estos empleos industriales.

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