
El sector de la ingeniería española "está en riesgo de desaparecer". Así lo asegura a elEconomista el presidente de la patronal Tecniberia, Juan Ignacio Lema, quien advierte de que 2016, con la inestabilidad política por la falta de un Gobierno en firme, "volverá a ser otro año perdido".
La organización ha solicitado una reunión con el secretario de Estado de Infraestructuras, Julio Gómez-Pomar, para poner en marcha ya una mesa de trabajo que aborde los problemas del sector, como acordó con la propia ministra del ramo -en funciones-, Ana Pastor, en noviembre pasado, sin que se haya hecho "nada" hasta ahora. "Hay unos presupuestos vigentes y no tiene que paralizarse el país", señala.
En 2015, una de cada cinco ingenierías desapareció. En concreto, el número de empresas pasó de 1.870 en 2014 a 1.500 (-19,8%). Desde 2011, son ya más 1.250 las compañías extinguidas (-45,4%), según los datos de Tecniberia. Esto tiene su reflejo igualmente en el empleo. El año pasado se destruyeron 7.560 puestos (-12,1%) y en los últimos cinco ejercicios 21.500 (-28,1%).
El redimensionamiento del sector se explica por la fuerte caída de la facturación, propiciada a su vez por el deterioro de la inversión pública en infraestructuras en España. No en vano, los ingresos domésticos se han derrumbado a la cuarta parte en los últimos años. Esto tiene consecuencias más allá de los resultados que obtienen en España.
La ausencia de contratos nacionales provoca que las empresas carezcan de referencias para competir en el extranjero, lo que limita la contratación internacional. "Las empresas empezamos a tener problemas para justificar referencias, porque no hay obras en España", alerta Lema, que estima que faltan muchas infraestructuras en medio ambiente, agua, energía o logística.
En 2015, la cifra de negocio (global) de las ingenierías españolas bajó el 9%, hasta 8.200 millones. Un recorte que se dispara hasta el 26,4% desde 2011.
Lema denuncia que el Gobierno ha propiciado que en España hoy "se está adjudicando con un carácter absolutamente economicista, con bajas disparatadas, que son habituales, de más del 50%". La patronal insiste en que "la calidad debe ser el elemento clave" de las licitaciones y "no el precio, como ocurre ahora". Por ello, plantea invertir el peso de cada parte, de modo que la técnica suponga el 70% y la económica el 30.
Lema explica que "la ingeniería representa alrededor del 4% del coste de un proyecto, por lo que una baja del 50% ahorra apenas dos puntos", pero provoca que "no tenga la cantidad de ingeniería necesaria, lo que hará que se gaste mucho más por desviaciones y modificados". Por ello, Lema recuerda al Gobierno la necesidad de "mantener el nivel de calidad que tenemos", algo que "sólo" se puede conseguir "si vamos con referencias propias del país" y que éste "valore más la calidad que el precio".