Industria

Carola Hermoso (Unesid): "Los aranceles de Trump pueden tener un impacto de 7.000 millones en el acero europeo"

  • Previsiones:  "La palabra de 2025 es incertidumbre: es muy difícil hacer previsiones de como irá el año"
  • Amenazas:  "Más que afectar a las exportaciones, los aranceles pueden hacer que llegue a Europa producto de terceros países desviado de Estados Unidos"
     
Carola Hermoso, directora general de UNESID. EE
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La madrileña Carola Hermoso (1974) no pudo elegir un momento de mayor inestabilidad para aterrizar al frente de la patronal Unesid (Unión de Empresas Siderúrgicas). Al ya desafiante contexto de la industria en Europa, con la entrada de producto procedente de Asia a costes mucho más bajos y la atonía de la demanda, se le ha sumado la guerra arancelaria iniciada por Donald Trump en Estados Unidos que añade otro frente al sector del Viejo Continente.

"La palabra para 2025 es incertidumbre. La situación geopolítica, económica y social es tan compleja que es muy difícil prever como va a evolucionar el año", explica a elEconomista.es.

Antes de entrar en el impacto de los aranceles de Estados Unidos quisiera saber cómo ha ido el año 2024 en la industria del acero

Hemos recuperado producción respecto a 2023, con una subida de aproximadamente el 4%; cerca de los 12 millones de toneladas. Sin embargo, seguimos muy por debajo de lo que es un buen año, que rondaría los 14 millones de toneladas. Podríamos decir que no ha sido del todo malo.

Con el contexto actual, ¿es posible hacer previsiones para 2025?

Para 2025, la palabra principal es incertidumbre. La situación económica, geopolítica y social del mercado es tan compleja que es muy difícil prever como va a evolucionar el año. No solo por la demanda, también por los costes, con un descuento en los peajes eléctricos que se cayó con el decreto ómnibus, algo que tendrá una repercusión importante en la factura eléctrica. La Unión Europea lanzará nuevos planes con medidas para reducir el coste de la energía, pero es algo insuficiente. Y, por último, está la Ley de Industria en el Congreso, que supondrá una negociación muy dura. Todo sumado a la guerra comercial, por si fuera poco.

¿El Gobierno puede hacer algo o es una partida que juega Europa?

Tiene herramientas. Para empezar el descuento a los peajes, que se derogó. Solicitamos el Ministerio de Transición Ecológica que retome. También puede hacer frente a la sobrecarga burocrática o a la excesiva presión a nivel ambiental, que hay que abordar, pero de manera racional. También se están haciendo cosas positivas, como el fondo para descarbonización en la Ley de Industria o la presión en el nuevo Plan de Acción para el acero y metales en el que trabaja Bruselas.

¿Notan cambios al frente del Ministerio de Transición Ecológica?

Todavía no, pero hoy nos reunimos con la ministra para hacer un diagnóstico de la situación. Desde Unesid vamos a pedir que se retome el descuento a los peajes y que se cuestione el sistema marginalista de fijación de precios, que se desacople el precio del gas. En España tenemos mucha renovable, pero es algo que no se ve reflejado en el mercado mayorista porque no está diseñado acorde a la situación actual.

A nivel europeo, el Clean Industrial Deal parece haber pasado bastante desapercibido

Para la siderurgia es un plan insuficiente. No aborda medidas de defensa comercial ni mejora el CBAM (la tasa que deben pagar las importaciones en la frontera por las emisiones de CO2). Hay medidas que pueden ser positivas, pero esperamos que el Plan para el acero y los metales sea más contundente.

Una empresa que ya ha comenzado a tomar decisiones ha sido Arcelormittal, que ha paralizado la inversión para producir acero con hidrógeno verde en Europa. ¿Es competitivo producir con hidrógeno actualmente?

Su comportamiento es lógico. Ahora mismo, hacer una inversión milmillonaria para descarbonizar una planta provocará que los costes suban entre un 30% y un 40% e implica que no vas a poder competir porque vas a tener que vender un 30% o un 40% más caro. Esas mejoras no pueden ser a costa de expulsarte del mercado. Con el hidrógeno a entre 7 y 8 euros el kilo no es posible que la producción sea competitiva, por ello es razonable que se pospongan inversiones.

¿Y cómo se combate la entrada de producto de Asia? Más en este contexto de guerra arancelaria

Aquí está el principal problema. Y puede agravarse con la entrada en vigor de los aranceles americanos. Puede pasar que productos del Norte de África y Asia se redirijan a Europa, que es un mercado abierto y no proteccionista, ahora que se les cierra el mercado estadounidense. Esto puede invadir las fronteras europeas con acero de costes muchos más bajos, fabricado con una energía más barata, con garantías laborales y de seguridad mucho más bajas. Este acero se fabrica y vende con unas reglas de juego diferentes a las nuestras.

Es decir, ¿la principal amenaza de los aranceles de Trump, más allá de afectar al 3,3% de las exportaciones españolas es la llegada de producto de terceros países?

Exactamente. Y además los aranceles de Estados Unidos no incluyen solo la producción primaria, también miran aguas abajo. Por ello, la amenaza no es solo para la siderurgia: es para todos los productos que utilizan el acero y necesiten poder competir.

¿Tienen cifras de este impacto?

Según la patronal europea, hasta 18 millones de toneladas de producto primario podrían redirigirse a Europa y las ventas comunitarias podrían reducirse en 7.000 millones de euros anuales si se mira aguas abajo en productos como maquinaria o construcciones prefabricadas de acero.

¿Se está a tiempo de mitigarlo?

Estamos en ello para no llegar tarde. Pedimos a la Unión Europea un acuerdo, que se retomen las negociaciones que mantuvieron Biden y Von der Leyen, pero si no es viable que se tomen medidas de defensa comercial lo antes posible. También hace falta mucha vigilancia aduanera porque hay mucho fraude. Hace un mes creía que iba a haber un acuerdo, pero hoy soy más escéptica. Quizás la solución deba venir de los empresarios estadounidenses, que presionen para que se calmen los mercados.

Hay quien puede defender que la llegada de esta producción implicará productos más baratos para los consumidores

El consumidor debe ser responsable de lo que compra y existe el riesgo de que entre mucho producto que será mucho más contaminante mientras el resto hacemos esfuerzos para descarbonizarnos. Además, existe el riesgo evidente de pérdida de puestos de trabajo.

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